Los huevos se disfrutan de múltiples maneras y en una variedad infinita de recetas. Sin embargo una de las formas más populares en las que es disfrutado el huevo es frito. Para muchos es muy sencillo hacerlos, mientras que para otros resulta en todo un desafío, pues desde verterlo en el aceite sin quemarte, evitar que la yema se rompa, y dejarlo a tu gusto, con puntilla o sin ella, puede convertirse en todo un proceso angustioso. Para los chefs es muy simple hacerlos y siempre o casi siempre les quedan perfectos.
Si eres de los que sufre a la hora de freír un huevo, este artículo es para ti, ya que te voy a contar todo lo que necesitas saber para que lo disfrutes como en un restaurante de alta cocina, y lo mejor de todo, ¡tú serás el chef!
Prueba hacer un rico huevo poché en la sartén y lúcete con su sabor y apariencia.
3La frescura de los huevos, algo que no se negocia
Hay varios factores por los que un huevo fresco siempre será mejor que uno que tenga mucho tiempo. Para empezar, estos se cocinan de mejor manera y disminuyen el riesgo de quemaduras al “explotar” la yema al contacto con el calor.
Por otro lado, cuando cascas un huevo que ya tiene unos cuantos días, seguramente te percatas de que la yema suele quedarse pegada al interior… Esto no solo afectará la estética del huevo frito, sino que también puede ser peligroso para tu salud.
