El embarazo es una situación especial en la que se incrementan las necesidades de energía, proteínas, vitaminas y minerales. Aunque ya no sea necesario comer por dos –como solían recomendar antiguamente–, sí que es preciso prestar especial atención a la alimentación y recurrir a complementos vitamínicos para el embarazo para garantizar el correcto aporte de nutrientes.
Actualmente, tras numerosos estudios, es unánime la necesidad de tomar ácido fólico durante el embarazo, pero no todas las mujeres están al tanto de lo recomendable que es tomarlo tres meses antes de la concepción para evitar problemas en el desarrollo. Pero ¿por qué se debe iniciar la suplementación con antelación? Pues porque podemos llegar tarde a un momento tan decisivo como la fusión del tubo neural del embrión.
No en vano, esto sucede durante los días 21 y 27 de la gestación; es decir, coincide durante las cinco o seis semanas de embarazo en las que la mayoría de las mujeres ignora su estado. Por este motivo, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad recomienda la ingesta de un suplemento de 0,4 mg de ácido fólico al día a toda aquella mujer que esté planeando un embarazo.
Lo cierto es que no estamos ante un problema menor. Todo lo contrario, dado que una malformación en el tubo neural puede originar problemas como la espina bífida, la anencefalia (una malformación incompatible con la vida), el labio leporino o la fisura palatina, entre otros. También puede causar abortos espontáneos o el desprendimiento prematuro de placenta.
Pero el ácido fólico no es el único elemento imprescindible en la alimentación de una embarazada, pues también el hierro es un nutriente esencial cuya carencia puede causar estragos tanto en la salud de la madre como en la del futuro bebé. De esta manera, este mineral es esencial para el desarrollo de la placenta, además de ayudar al cuerpo a producir la sangre que aportará oxígeno al feto. Por supuesto, ayuda a combatir un problema como la anemia.
Tampoco podemos olvidar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el déficit de yodo puede causar retraso mental y parálisis cerebral. Dicho problema puede remediarse con un gesto tan sencillo como tomar yodo en cantidades adecuadas durante el embarazo. De esta manera, podremos garantizar que el niño tenga un desarrollo mental óptimo.
Por supuesto, a pesar de que estos tres nutrientes reseñados parecen constituir el elenco estrella de toda dieta de embarazada, hay muchas más vitaminas y minerales que deben estar presentes. Por todo ello, las matronas y ginecólogos se curan en salud y recomiendan complementos vitamínicos a sus pacientes para asegurar un adecuado aporte tanto a la madre como al niño.