El hornazo de Salamanca es una masa rellena de embutidos que mucho se asemeja a la empanada gallega. Una masa delicada envuelve de forma sutil los más ricos embutidos y su exterior con el tradicional enrejado decorativo termina de otorgarle la mejor de las presentaciones. Su consumo se popularizó en épocas de Semana Santa, más específicamente para el lunes posterior a ella, momento en el que se celebraba el fin de la abstinencia y se daba paso al placer en todas sus denominaciones, tanto carnales como gastronómicas.
Según la casa a la que vayas será el hornazo que degustes, pues en cada familia tienen su receta. Aun así, hay ciertas normas que debes cumplir para hacerlo lo más auténtico posible.
9Forma la rejilla emblemática del hornazo de Salamanca
El hornazo de Salamanca cuenta con una rejilla que le da vistosidad y que le identifica rápidamente al apenas verlo. Para que la armes solo debes extender el trozo de masa que apartaste y utilizar un rodillo especial para darle la forma.
Si no cuentas con un rodillo para formar la rejilla no te preocupes. Puedes hacer tiras con la masa extendida ayudándote con un cuchillo y colócalas formando una rejilla sobre la superficie de la masa. Hecho esto, bate el huevo y pinta el hornazo para que quede doradito al hornearse.