Hacer croquetas perfectas tiene su truco y nada puede ser dejado al azar. Desde la preparación de la salsa bechamel, la incorporación del relleno, el rebozado y la forma de freírlas, todos los pasos son de cuidado. Una vez que se consigue el punto perfecto para hacerlas, el trabajo será pan comido.
Freírlas es el paso decisivo para cerrar con broche de oro todo el esfuerzo que hiciste durante su preparación, así que debes estar atento para no lanzar por la borda todo tu esfuerzo.
1Las croquetas: plato de aprovechamiento por excelencia
Las amadas croquetas con el plato de aprovechamiento por excelencia. Gracias a ellas se puede dar uso a los restos de otras preparaciones y convertirlas en algo realmente sorprendente y delicioso.
Con unos restos de estofado de ternera, pollo asado o un buen jamón, puedes preparar un plato resultón que puedes servir como principal, como aperitivo e incluso como tapa mientras tomas alguna copas con amigos. Su origen humilde y sabor delicioso logró transformarlas en uno de los platos consentidos y en la actualidad es servida en todo tipo de reunión, desde la más sencilla, hasta las dignas de platillos de alta cocina.
