Son para muchos, celebridades, y es ya un modelo de cultura y forma de entender la vida y el entretenimiento contemporáneo.
Se sitúa en Michael «Slowbeef» Sawyer la figura que comienza a subir posts sobre su experiencia con The Oregon’s Trail, portales de noticias como Gamespot, 1Up o Anait que empezaron a consolidarse como puntos de referencia para internautas con un interés especial por el videojuego.
El mundo de los videojuegos ha sido fundamental en el proceso de transición de los medios tradicionales a las nuevas formas de comunicación.
Y es la llegada de las primeras redes sociales las que encienden el fenómeno. De una serie de archivos compartidos y datos de forma anónima, evolucionó y se convirtió en verdaderas fuentes de entretenimiento donde poder articular nuevas modas visuales sobre diferentes temas. Las empresas se han dado cuenta que esto es fundamental para consolidar sus mensajes. Sitios como Youtube, Google Videos o Dailymotion tienen herramientas de accesibilidad muy fácil para todos los públicos, que consiguen que estos contenidos lleguen a muchas personas.
Para unos, son personajes que entretienen y comunican cosas nuevas en sus vídeos, pero para muchos son una mala influencia que perjudica mucho en especial a la gente joven.
El perfil de estos nuevos protagonistas de la comunicación son personas jóvenes y aficionadas con un hobby o pasatiempo determinado y con ciertas dotes de comunicación.
Está claro que unos cuantos jóvenes llevan tiempo dominando la red, y sobre todo plataformas como YouTube.
Los jóvenes lo tienen claro, dan su apoyo masivo a estos personajes. Sin embargo, según pasas a edades más maduras, la opinión empieza a cambiar. Se produce un gran crecimiento del uso de redes sociales por parte de los menores especialmente.
Los menores cada vez pasan más tiempo en las redes sociales consumiendo contenido que crean los influencers y estos se convierten en modelos a seguir.
El tiempo de uso de las redes sociales ha crecido un 76% entre los menores españoles y un 25% en plataformas de vídeo como Youtube, en el último año y en España, más de 7.500 personas viven de la creación de contenido en redes sociales.
El problema respecto a otros medios de comunicación es la falta de una orientación editorial. Los youtubers actúan de forma directa con sus seguidores y aquí empieza una nueva posibilidad de contacto directo, pero también un peligro. Como siempre todas las herramientas de comunicación son buenas y generan aspectos nuevos de actuar, pero puede ocurrir que prevalezcan las practicas más, digamos toxicas, por encima de las buenas y además siempre prevalecen como representativas de toda esta forma de comunicación.
Muchos de estos youtubers han empezado a compaginar las redes sociales con cada vez un mayor aspecto presencial. Cada vez tienen una mayor presencia social incluso en otros medios y han creado cierta polémica.
Un tema básico y muy comentado es el valor económico que han alcanzado estos canales. Generan ingresos en función de las visitas que se reciben y ha supuesto que algunos de ellos hoy día sean millonarios.
En España tenemos grandes youtubers, normalmente relacionados con el mundo de los videojuegos que aderezan sus comentarios al respecto con mucho humor. Estos millones de suscriptores y los millones de reproducciones, generan ingresos fabulosos.
El mundo de los videojuegos fue como la primera veta de este fenómeno, pero después se han desarrollado también canales con otras temáticas como la belleza y la moda.
Al final, el modelo es el mismo, cuanta más audiencia, mayor capacidad de prescripción y por tanto mayor será el ingreso publicitario, el viejo modelo publicitario se mantiene y se mantendrá.
Con todo esto se demuestra una vez más, que el mundo digital ha permitido facilitar la comunicación masiva, cualquiera puede convertirse en un comunicador, no hace falta tener detrás un grupo de comunicación, con inversión económica y grandes medios.
El tiempo de uso de las redes sociales ha crecido un 76% entre los menores españoles y un 25% en plataformas de vídeo como Youtube, en el último año y en España, más de 7.500 personas viven de la creación de contenido en redes sociales.
El mundo laboral también ha vivido una auténtica transformación en la última década, en gran medida provocada por la digitalización. Las respuestas a la pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? son cada vez más variopintas y a las profesiones más tradicionales se han sumado otras muchas ampliamente ligadas con la tecnología como: programadores, analistas de datos, diseñadores UX/UI, pero también creadores de contenidos para plataformas como Youtube, Instagram, TikTok o Twitch, entre otras. La profesión de youtuber aparece como la cuarta más deseada en una encuesta entre casi 2.000 niños y niñas españoles de entre 4 y 16 años.
El negocio de la publicidad en redes sociales creció en 2020, por ejemplo, cerca de 8.200 millones de euros. Instagram ocupa la primera posición del ranking en el que un gran influencer podría ganar entre 4.000 y 8.000 euros por post y un mega influencer por un contenido promocional nunca aceptaría menos de 8.000 euros pudiendo llegar al millón de euros de ingresos anuales en casos de celebridades. En YouTube un modesto influencer puede ganar entre 16 y 160 euros y un gran influencer puede llegar a ingresar más de 16.000 euros por mención. Mientras que el sueldo medio de un profesor de Educación Primaria está en torno a los 2.000 euros.
La figura del influencer no es otra cosa que una nueva herramienta de marketing que las marcas integran en sus estrategias para poder generar más ventas y mayor reputación de marca.
Esta forma nueva de comunicación ha llegado para quedarse y como todo lo nuevo necesitara años para organizarse de forma adecuada, empezó como un juego de niños, pero ya es un fenómeno social, lo que no sabíamos es que enganchaba.