La bioquímica húngara Katalin Karikó, galardonada junto a Drew Weissman, Philip Felgner, Ugur Sahin, Özlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, ha asegurado que los «increíbles riesgos» que el personal sanitario asumió en los momentos más duros de la pandemia fueron su inspiración para «trabajar más duramente y actuar para desarrollar vacunas que salvan vidas».
Karikó ha sido la última premiada en pronunciar su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2021, dando después paso a las palabras de la Princesa Leonor y el Rey Felipe VI. Durante su intervención, la investigadora ha hablado en nombre suyo y de los científicos con los que comparte el galardón por haber contribuido todos ellos al desarrollo de las distintas vacunas contra la Covid-19, afirmando que son conscientes de los «increíbles riesgos» que los sanitarios estuvieron dispuestos a afrontar para salvar a sus pacientes, «algunos haciendo el sacrificio supremo para ayudar a otros».
Después de los momentos más duros de la pandemia, para los investigadores «es un gran alivio» saber que las vacunas «ya han protegido con éxito a millones de personas» de los graves efectos de la Covid-19.
Karikó ha destacado que los distinguidos con el Premio Princesa son «solo representantes de los cientos de científicos, médicos y expertos» que, durante las últimas décadas han ayudado a sentar las bases de su trabajo. «El camino de los descubrimientos científicos nunca sigue una línea recta, tiene giros y vueltas en cada coyuntura y requiere esfuerzos de colaboración internacional y la contribución de muchos científicos», ha resaltado.
Sobre su labor en la obtención de las diferentes vacunas contra el SARS-CoV-2, ha señalado que los investigadores llevan años trabajando en tecnologías que «a algunos les parecían poco convencionales y casi de ciencia ficción». Lo hacían, ha agregado, compartiendo la «inmensa creencia» de que, si su trabajo podía mejorar la vida de «al menos una persona», habría sido «un éxito».
En este sentido ha explicado que las posibilidades de las tecnologías «son infinitas». «Ya estamos investigando formas de prevenir el VIH, la malaria, de reducir el cáncer y tratar muchas otras enfermedades», ha asegurado la bioquímica húngara.
De cara al futuro, ha señalado que la esperanza de los investigadores es «inspirar a la próxima generación de científicos, médicos y trabajadores sanitarios». «Mantened la curiosidad, haceos preguntas y mantened el rumbo sin importar cuán sinuoso pueda ser el camino por delante», les ha dicho.