A la hora de comer unas costillas, pocos placeres en la vida se comparan con el que se experimenta al de poder saborear en cada bocado, la carne más jugosa y tierna sin necesidad de halar y luchar para desprenderla del hueso.
Mientras que la peor experiencia es tener que luchar para despegar del hueso el trozo de carne que se desea degustar; y peor aún resulta, cuando la carne que finalmente degustas es dura y seca. Si quieres disfrutar de una textura exquisita, una jugosidad alucinante y una consistencia perfecta que se desprende sola para que puedas comerla, tienes que mirar lo que voy a contarte para que puedas lograrla.
4Precalienta el horno
Como te he comentado, para lograr que las costillas queden bien jugosas y hacer que su carne se desprenda de los huesos, debe usarse una temperatura de cocción suave y distribuida de manera uniforme en el transcurso de las primeras horas.
En caso de usar un ahumador o parrilla y tener los conocimientos para hacerlo, esto sería pan comido, pero como estamos aprendiendo, lo mejor es usar el horno y tener un resultado ‘10’. Precalienta el horno a 120° C mientras vas marinando y dando sabor a la carne.