A la hora de comer unas costillas, pocos placeres en la vida se comparan con el que se experimenta al de poder saborear en cada bocado, la carne más jugosa y tierna sin necesidad de halar y luchar para desprenderla del hueso.
Mientras que la peor experiencia es tener que luchar para despegar del hueso el trozo de carne que se desea degustar; y peor aún resulta, cuando la carne que finalmente degustas es dura y seca. Si quieres disfrutar de una textura exquisita, una jugosidad alucinante y una consistencia perfecta que se desprende sola para que puedas comerla, tienes que mirar lo que voy a contarte para que puedas lograrla.
3¿Quieres costillas tiernas? Retira la membrana posterior
Dependiendo del sitio en el que las hayas comprado, es posible que las costillas aun tengan la membrana posterior que luce de un color parecido al plateado. Para que resulten realmente tiernas, debes retirar esta membrana. Esta, evita que los sabores penetren bien la carne y además es dura y desagradable de masticar. Para hacerlo sigue los siguientes pasos:
Coloca las costillas con la carne pegada a la mesa o tabla de cortar. Localiza la delgada membrana que cubre el costillar. Desliza suavemente un cuchillo pequeño debajo de la membrana y luego con tus dedos tira de la membrana hasta arrancarla completamente. En caso de que se resbale de tus manos, puedes ayudarte con un paño limpio.