La Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus socios han hecho un llamamiento «urgente» para que se tomen medidas concretas a fin de proteger mejor a los trabajadores sanitarios y asistenciales de todo el mundo contra la COVID-19 y otros problemas de salud.
Las organizaciones están preocupadas por el gran número de trabajadores sanitarios y asistenciales que han muerto a causa de la COVID-19, pero también por el hecho de que «una proporción cada vez mayor de la mano de obra sufra de agotamiento, estrés, ansiedad y fatiga».
En una declaración conjunta publicada esta semana, la OMS y sus socios piden a todos los gobiernos de los Estados miembros que «refuercen el seguimiento y la notificación de las infecciones, la mala salud y las muertes por COVID-19 entre los trabajadores sanitarios y asistenciales».
«También deberían incluir el desglose por edad, sexo y ocupación como procedimiento estándar, para que los responsables de la toma de decisiones y los científicos puedan identificar y aplicar medidas de mitigación que reduzcan aún más el riesgo de infecciones y mala salud», explican.
La declaración también insta a los líderes políticos a «hacer todo lo que esté en su mano para tomar decisiones normativas, políticas y de inversión que garanticen la protección del personal sanitario y asistencial».
Por último, los socios hacen un llamamiento a los líderes y a los responsables políticos para que «garanticen un acceso equitativo a las vacunas, de modo que se dé prioridad a los trabajadores sanitarios y asistenciales a la hora de vacunar contra la COVID-19».
Los datos disponibles de 119 países sugieren que en septiembre de 2021, 2 de cada 5 trabajadores sanitarios y asistenciales estaban totalmente vacunados de media, con una diferencia considerable entre regiones y grupos económicos.
Menos de 1 de cada 10 están totalmente vacunados en las regiones de África y el Pacífico Occidental, mientras que 22 países, en su mayoría de ingresos altos, informaron de que más del 80 por ciento de sus trabajadores sanitarios y asistenciales están totalmente vacunados. Algunos grandes países de ingresos altos aún no han comunicado los datos a la OMS.
«Tenemos la obligación moral de proteger a todos los trabajadores sanitarios y asistenciales, garantizar sus derechos y proporcionarles un trabajo decente en un entorno de práctica seguro y propicio. Esto debe incluir el acceso a las vacunas. Más allá de las vacunas, la recuperación económica y todas las nuevas inversiones en la preparación y la respuesta a las emergencias deben dar prioridad a la educación y el empleo de los trabajadores de la salud y la asistencia, en relación con el Acelerador Mundial del Empleo y la Protección Social del Secretario General de las Naciones Unidas», ha comentado el director del Departamento de Personal Sanitario de la OMS, Jim Campbell.
Un nuevo documento de trabajo de la OMS estima que entre 80.000 y 180.000 trabajadores sanitarios y asistenciales podrían haber muerto a causa de la COVID-19 en el periodo comprendido entre enero de 2020 y mayo de 2021, convergiendo en un escenario medio de 115.500 muertes. Estas estimaciones se derivan de los 3,45 millones de muertes relacionadas con la COVID-19 notificadas a la OMS hasta mayo de 2021; una cifra que, de por sí, se considera muy inferior a la cifra real de muertes (un 60% o más de lo que se comunica a la OMS).