La Fundación Mutua Madrileña estrena un ciclo de conversaciones sobre el impacto de la digitalización en la vida familiar.
“Tengo la sensación de que caminamos en una cinta de gimnasio donde tienes que mantener el paso aunque sea para mantenerte en el mismo sitio, porque en el momento que aflojas pierdes comba”. Así define Jorge Flores, fundador y director de Pantallas Amigas, la convivencia actual con la tecnología que ha inundado muchos aspectos de nuestra vida: las relaciones, las compras, el trabajo…y, por supuesto, también la vida familiar.
Flores es el segundo de los invitados a las reflexiones que propone “Diálogos sobre la sociedad digital”, un ciclo de conversaciones sobre el impacto de la digitalización en la sociedad que ha organizado la Fundación Mutua Madrileña, con el objetivo de animar a reflexionar sobre la revolución digital y su transformación en el entorno familiar.
En el segundo capítulo de esta serie, Familias y pantallas. Problemas y posibilidades en positivo, disponible ya en el canal de video de la Fundación Mutua Madrileña, Jorge Flores, habla con María Zabala (@mzabala en IG y @iWomanish en Twitter), periodista especializada en ciudadanía digital, sobre cómo construir una relación sana con nuestros hijos e hijas. Una relación en la que la tecnología forme parte, pero no sea ni la causante, ni la culpable de nuestros problemas.
En su conversación con María Zabala, Jorge Flores argumenta que muchas veces echamos la culpa al móvil de problemas educativos de fondo que quizá no tengan que ver con el aparato. “Los problemas son de límites. Hay cierta confusión entre los padres, que a veces recurren a profesionales porque creen que el problema viene dado por el móvil, que tenemos que ayudarles a gestionar”, explica.
En el video, el experto ahonda en cómo construir una relación saludable con nuestros hijos e hijas en un mundo en el que sí o sí la tecnología va a estar presente y considera que “ni sobreproteger, ni permitir demasiado son buenos modelos”.
Sobre el acceso a la tecnología, en su charla, Zabala y Flores hablan de hacerlo gradualmente e que haya una intención en el uso de ésta: “Deben introducirse en este mundo, no con tiempo, sino con una intención. Por ejemplo, te dejo la tablet pero para dibujar, para ver video… y siempre con una autonomía que vaya en consonancia con la edad que tengan. Si no se mueve solo en la ciudad, no debería ni desbloquear la tablet”, opina Zabala.
Ayudarles a descubrir todas las posibilidades de la tecnología, acompañar, que sean conscientes de qué están haciendo, para qué y durante cuánto tiempo y, sobre todo, variedad. “No es lo mismo jugar dos horas a un mismo videojuego que media hora a cuatro videojuegos”, apunta Zabala.
Todo ello y, por supuesto, “dar ejemplo los padres, apartando el móvil en determinados momentos”, añade Flores.
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