La Federación Española de Centros Tecnológicos (FEDIT) pide al Gobierno una mayor impulso a la I+D+I empresarial y más facilidades para la financiación privada. Se trata de dos de las diez medidas que la Federación ha presentado este miércoles en un acto para celebrar su 25º aniversario con el objetivo de mejorar los indicadores económicos del país.
En el acto ha estado presente la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, quien ha anunciado la creación de un grupo de trabajo permanente entre el Ministerio y FEDIT, así como una convocatoria de pymes con sello de excelencia europeo, que contará con 30 millones de euros y se lanzará próximamente. Con esta convocatoria, se financiará por primera vez y de forma directa a pymes que han obtenido el sello de excelencia en las convocatorias del EIC (European Innovation Council), pero que no han obtenido financiación europea.
Además de impulsar la I+D+I empresarial y más facilidades para la financiación privada, FEDIT también reclama un mayor impulso a la colaboración público-privada en I+D+I y apostar por el modelo de Centro Tecnológico porque, a su juicio, significa «apostar por la competitividad del país».
Asimismo, piden imitar modelos de éxito europeos; reconocer y valorar el interés público de los Centros Tecnológicos; igualdad de condiciones para todos los organismos de investigación; mejorar la gobernanza y la coordinación interregional y en red; estabilidad y previsibilidad en la asignación y ejecución de fondos públicos en I+D+I; e implantar modelos de rendición de cuentas en transferencia tecnológica.
La celebración del 25º aniversario de FEDIT ha congregado a destacadas figuras de la empresa, la investigación y la administración, que han visto la proyección de un vídeo conmemorativo y la presentación del ‘Informe #Desafío2027: hacia un nuevo modelo de I+D+I’, que recoge el decálogo de medidas anteriormente citadas.
El documento analiza también, según la Federación, cómo, a diferencia de modelos de éxito similares en Europa, la red se ha visto obligada a «operar en un entorno regulatorio y presupuestario repleto de barreras territoriales y competenciales, y en clara desventaja con otros agentes del ecosistema». «A pesar de eso, los Centros han consolidado un modelo eficiente y competitivo, dispuesto a apoyar el crecimiento económico y el desarrollo del sistema de innovación», añaden desde FEDIT.
Según el informe, universidades y centros tecnológicos se adjudicaron en el acumulado de 2017 y 2018 un número muy similar de proyectos colaborativos en concurrencia competitiva, pese a «la gran diferencia de medios y recursos» que tiene cada uno. De hecho, el balance final de ingresos sitúa a los centros tecnológicos en primer lugar en el ecosistema nacional de transferencia de tecnología.
No obstante, pone de relieve una «asincronía» entre la forma real en la que se articula la transferencia de tecnología, por un lado, y el modelo de las distintas Administraciones, por otro. «Lo preocupante es que todo ello se traduce en problemas de acceso a la financiación para las pymes y en un factor limitante para que aumenten su presencia en iniciativas de I+D+I, cuando debería suceder al revés», señala.
Otra consecuencia del actual modelo de I+D+I en España es que la aportación de la innovación a la cifra de negocio de las empresas es «discreta», pues el número de compañías innovadoras sigue «lejos» de la que había antes de la crisis de la década del 2000 y se acentúa la polarización en el tejido productivo en grandes empresas y microempresas.
Otros datos que recoge el informe se resumen en que los centros tecnológicos pertenecientes a FEDIT lideraron 259 proyectos en el programa europeo de investigación Horizon 2020, el 28% de los liderados por entidades españolas, el porcentaje más alto entre todos los agentes del ecosistema de innovación español, presentando la mayor tasa de éxito acumulada en programas de apoyo a la innovación.
Además, el documento destaca que por cada euro invertido en I+D propia, se crean casi dos en tecnología incorporada; por cada euro que se invierte en los centros tecnológicos, otros tres retornan a través de ingresos fiscales; y por cada puesto de trabajo directo que generan consiguen cuatro más en otras partes de la economía.
Del mismo modo, se pone el foco en que ha incrementado en cuatro años más de un 100% el porcentaje de ingresos de I+D propia, llegando en 2019 a alcanzar el 40% del total de su presupuesto.
Y lamenta que mientras la aportación del Estado al colectivo de centros se ha reducido en un 75% en una década, el volumen de recursos captados en convocatorias internacionales por parte de la red se ha triplicado. De hecho, «son los agentes más utilizados por las empresas para hacer I+D, traccionando a las pymes para convertirlas en innovadoras», recalca el informe.