Investigadores del proyecto CRIS de cáncer de mama han afirmado que si se continúa con la investigación se podrán controlar los tipos mas agresivos de este cáncer en torno al 2040-2050, como el Triple Negativo, según ha reconocido el doctor Atanasio Pandiella, que lidera, junto a Alberto Ocaña, el Proyecto Cris de Cáncer de Mama en el Centro de Investigación de Cáncer de Salamanca.
En la actualidad, la tasa de éxito de supervivencia es del 80 por ciento, según la compañía, que apunta que ha invertido más de 3,5 millones de euros «para que ese 20 por ciento de mujeres que todavía pueden tener algún problema, tengan por lo menos un control e la enfermedad».
Asimismo, CRIS ha renovado su acuerdo de colaboración con el doctor Pandiella con 210.000 euros por tres años más. El proyecto tratará de analizar los mecanismos moleculares que provocan las resistencias a los tratamientos y buscar terapias adecuadas para los cánceres más agresivos de mama.
«Hasta principios de siglo solo había dos tipos de tratamientospara este tipo de cáncer, ahora hay tres más. Cada vez tenemos másherramientas terapéuticas y para mí, ese es el valor de la investigación. Con este proyecto queremos desarrollar una nueva estrategia de tratamiento de HER2+ que se sume a los que ya hay», ha asegurado el doctor.
En esta línea, Pandiella ha explicado que no hay un solo tipo de cáncer de mama, puesto que, el tumor de cada paciente va cambiando con el tiempo. Ambos expertos, Pandiella y Ocaña, trabajan con los tumores de mama con peor pronóstico o que se vuelven resistentes a los tratamientos. Así pues, analizan al detalle molecular cada tipo de tumor y buscan terapias adecuadas especialmente para los tumores triple negativo y tumores HER2+.
De hecho, detalla CRIS, los doctores han realizado avances relevantes en estos tumores pero ahora se centran en una estrategia que consiste, en primer lugar, en identificar moléculas que solo estén presentes en tumores tipo triple negativo o Her2+. Posteriormente, crean unos anticuerpo (moléculas biológicas que actúan como misiles teledirigidos) contra esas moléculas, y les unen potentes fármacos que destruyan a la célula.
Lo relevante de estas terapias es que son muy potentescontra la célula tumoral, pero al estar teledirigidas no dañan a las células sanas, lo que disminuye los efectos secundarios. Este laboratorio es referente mundial en este tipo de terapias, que tienen mucho potencial para combatir a los tumores más agresivos o resistentes a otras terapias.
Por su parte, la investigadora María Casanova, con la ayuda del Programa Cris de Talento, dotado con 400.000 euros en cinco años, ha puesto en marcha su propio laboratorio en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), con la idea de anticiparse a la metástasis en el cáncer de mama triple negativo entendiendo su proceso e identificando sus puntos débiles.
«Los resultados de la última conferencia internacional centrada en cáncer de mama triple negativo demuestran que los tratamientos que se administran inmunoterapia están aumentando la supervivencia de los pacientes respeto a las anteriores terapias. Nuestro proyecto justo se enmarca en intentar entender cómo esas células del sistema inmunitario responden a esos tratamientos y descubrir nuevas dianas terapéuticas en el sistema inmunitario innato con lo que estamos muy motivados por estos resultados. También vamos a analizar porqué algunos pacientes no responden», ha explicado.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y BIG DATA
Por otro lado, en el CNIO, el investigador Miguel Ángel Quintela lidera la Unidad CRIS de Investigación Clínica en cáncer de mama con un proyecto que convierte la medicina de precisión en medicina de alta definición.
El objetivo de este proyecto es ir un paso más allá y buscar una medicina de alta definición, que gracias al uso de la inteligencia artificial y el Big Data recopilando información en tiempo real de la paciente mediante el uso de un ‘wearable’ permita una personalización sin precedentes del seguimiento y tratamiento de las pacientes. Se recopila una cantidad ingente de información de cada paciente que permite crear gemelos virtuales de la paciente y probar computacionalmente las estrategias terapéuticas antes de aconsejar a la paciente.
«Nos hemos propuesto capturar muchos más factores que la mera carga genética del tumor que pueda influir: desde el estado de ánimo a lo que se come, a qué se está expuesto, qué otras medicinas toman, actividad física. Queremos hacerlo con una monitorización continua de muchas capas y para eso nos valemos de unas herramientas de software de análisis y dispositivos portables que nos permite generar todo este cuerpo de datos. Hemos desarrollado una aplicación que las pacientes llevan en el móvil y que les recuerda varias veces al día introducir los datos, por el gps sabemos dónde ha estado o si ha estado cerca de una fábrica», ha detallado Quintanela.