Hoy, 18 de octubre, se celebra el Día de la Menopausia, una etapa por la que atraviesan tarde o temprano todas las mujeres y de la que no se habla tanto como deberíamos. Una época con muchos cambios hormonales que afectan de diversas maneras al cuerpo de la mujer y, como no, a la piel, a la que debemos dedicar una especial atención.
De la mano de la farmacéutica Rocío Escalante te descubrimos los notables efectos de la menopausia en nuestra piel y qué cuidados debemos dedicarle para que este ‘cocktail’ de cambios hormonales no nos pase factura a largo plazo.
Cómo afecta la menopausia a la piel
– La piel está más deshidratada, pierde elasticidad y tiene un aspecto más seco, una textura áspera.
– Aparecen arrugas más profundas: las fibras de elastina y colágeno se degradan, lo que provoca la aparición de las arrugas.
– Mayor flacidez. Junto a las arrugas, aparece la temida pérdida de firmeza, asociada también a la degradación del colágeno y la elastina.
– La piel está más frágil, se afina, y por lo tanto es más propensa a lesiones.
– Pérdida de luminosidad: se aprecia un tono desigual, fruto de las manchas que pueden potenciarse en esta época de cambios hormonales. La piel pierde la frescura y turgencia de la juventud y se muestra más opaca y menos luminosa.
– Pueden aparecer brotes de acné en pieles grasas por los cambios hormonales.
Cómo cuidar la piel durante la menopausia
– La hidratación es esencial. Hay que hidratarse por dentro bebiendo agua, tomando fruta, pero también por fuera con cremas y lociones. Todo el cuerpo tiende a estar más reseco, así que es aconsejable hidratar la piel del cuerpo a diario, haciendo especial hincapié en zonas sensibles como los codos, los talones, las rodillas.
– En el rostro, además de hidratación, con cremas que contengan ácido hialurónico, lípidos y ceramidas, necesitaremos cremas antiedad, más untuosas, que ayuden a combatir la pérdida de firmeza, que rellenen las arrugas, que unifiquen el tono de piel y aporten luminosidad.
– Por supuesto, hay que llevar una rutina diaria de higiene facial por la mañana y por la noche. La protección solar es fundamental siempre, y más en esta etapa en la que la pigmentación de la piel, por el paso del tiempo y los cambios hormonales, es más habitual.
– Por la noche, según el estado de la piel, aconsejamos usar activos transformadores y despigmentantes: retinol, alfahidroxiácidos, etc.
– Es importante, además, prestar especial atención a zonas más sensibles como el contorno de los ojos, el cuello y el escote, las manos y los labios que también sufren deshidratación y que se suelen olvidar.
– Para tratar los brotes de acné, conviene consultar a un dermatólogo para que valore de forma personal el problema y paute la mejor solución.