El Papa ha condenado toda forma de violencia –que ha catalogado como una opción «perdedora»— al referirse a los atentados perpetrados recientemente en «Noruega, Afganistán, Inglaterra».
«La semana pasada se han cometido varios atentados, por ejemplo en Noruega, Afganistán, Inglaterra, que han provocado numerosos muertos y heridos», ha dicho Francisco durante el Ángelus de este domingo. El Papa ha asegurado que «la violencia es una derrota para todos» y ha expresado su «cercanía a los familiares de las víctimas».
El pontífice ha aludido así al ataque del pasado miércoles en la localidad noruega de Kongsberg (suroeste), donde un individuo armado con un arco y flechas mató a cinco personas. También se ha hecho eco del atentado suicida contra una mezquita chií en el sur de Afganistán, que ha sido reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y que causó al menos 60 fallecidos. Y por último se ha referido al asesinato del diputado conservador británico David Amess el viernes mientras atendía a los electores en su circunscripción del este de Inglaterra, en un presunto acto de terrorismo islamista.
«Les pido, por favor, que abandonen el camino de la violencia, que siempre es perdedora, que es una derrota para todos. Recordemos que la violencia genera violencia», ha advertido el Papa.
Durante la catequesis, el pontífice ha señalado que «la verdadera gloria no se obtiene elevándose por encima de los demás», al tiempo que ha criticado «la búsqueda de prestigio personal» que puede convertirse en una «enfermedad del espíritu» incluso «disfrazándose de buenas intenciones».
«Detrás del bien que hacemos y predicamos, lo que realmente buscamos es solo nosotros mismos y nuestra afirmación», ha señalado el Papa.
Francisco se ha asomado a la ventana de su estudio privado en el Palacio Apostólico y ha animado así a «verificar las verdaderas intenciones del corazón» y preguntarse «¿por qué estoy llevando a cabo este trabajo, esta responsabilidad? ¿ofrecer un servicio o hacerse notar, elogiar y felicitar?».
De este modo, ha exhortado: «Sumerjámonos con compasión en la vida de quienes nos encontramos, como hace Jesús con todos nosotros». «Dios no se quedó mirándonos desde lo alto, sino que bajó para lavarnos los pies», ha recordado mientras comentaba la liturgia de este domingo, en la que dice que dos discípulos, Santiago y Juan, le piden al Señor que se siente junto a él un día en gloria. «Jesús, con paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene elevándose por encima de los demás, sino viviendo el mismo bautismo que pronto recibirá en Jerusalén», ha manifestado.
Antes del rezo del Ángelus, el Papa ha llevado a cabo la ordenación episcopal en la Basílica de San Pedro de su ex maestro de ceremonias, Guido Marini, y del chileno Andrés Ferrada Moreira, nuevo secretario de la Congregación para el Clero.