En el 2018, Josep Maria Bartomeu asistió al mercado de invierno para paliar con otro fichaje la salida de Neymar. El elegido fue Philippe Coutinho, por el que pagó 120 millones de euros fijos, más 40 millones de euros en variables muy fáciles de cumplir, por lo que su fichaje ascendía a los 160 millones de euros; así el brasileño se convirtió en el fichaje más caro en la historia del FC Barcelona. Sin embargo, a nadie le importó ese precio tan abultado, pues tras la venta de Neymar se pensaba que había dinero hasta para repartir y también porque el rendimiento de Coutinho en el Liverpool era sorprendente; por lo que se esperaba que repitiera eso de azulgrana, pero nada más alejado de la realidad.
Desde que llegara al Barça, Coutinho no ha hecho más que decepcionar; porque nunca supo adaptarse al juego de toque y tampoco supo acoplarse a ninguna banda. Además, cuando jugó en el mediocampo se le alejó mucho del área y perdió facultades. Su fichaje fue más pensando e su nombre que en sus funciones y al no coincidir con la estructura del club se ha convertido, sin duda alguna, en el peor fichaje de la historia, además del más caro. Ahora Joan Laporta está desesperado buscando una salida, que ya trató en verano y que volvería a intentar en invierno. No obstante, en esta oportunidad sería a un precio casi humillante para lo que el brasileño representa.
4La alta ficha de Coutinho es otro escollo
Otra de las razones por las que se quedó y una de la principales por las que Laporta quiere su salida del Barcelona es por su alta ficha. Coutinho cobra 12 millones de euros, que son 24 millones de euros brutos para la entidad azulgrana; lo que supone un desembolso que el equipo no puede permitirse en estos momentos. Todo esto sin contar con que, tras las salidas de Lionel Messi y Antoine Griezmann, el brasileño es el mejor pagado de toda la plantilla. Que el que más dinero gane se la pase en la banca o lesionado es algo que parece inadmisible y por eso Laporta ha decidido que no lo aguantará más en el club.