El oído es el sentido que le permite al ser humano percibir los sonidos del mundo exterior, lo cual ocurre de manera compleja en el interior del mismo.
Así mismo, ayuda con el equilibrio y percepción del mundo, pero existen afecciones que alteran esto y una de ellas es la laberintitis. ¿Alguna vez escuchaste mencionar el término? Pues a continuación hablaremos al respecto, sus causas, como tratarlo y más.
¿Qué es el laberinto en el oído?
El laberinto o también llamado oído interno, es una de las tres partes en que se divide el oído, el cual se localiza en el cráneo, en la pirámide petrosa o peñasco del hueso temporal y el cual está integrado por 2 partes que se diferencian entres si, las cuales son:
- Laberinto anterior: conocido como cóclea o caracol, es el encargado de la audición.
- Laberinto posterior o sistema vestibular: cumple la función de percibir como se posiciona el cuerpo en el espacio, para así lograr mantener el equilibrio necesario. Cuenta con los conductos semicirculares y una cámara, llamado vestíbulo, dividido en dos partes: utrículo y sáculo.
¿Qué es la laberintitis?
La laberintitis es la inflamación del laberinto, que es una estructura interna del oído interno, lo cual suele deberse a problemas respiratorios, infecciones virales, traumatismos, heridas y ciertas enfermedades como hipertensión o diabetes y debes saber las claves para proteger tus oídos.
Esta enfermedad provoca una serie de síntomas intensos que imposibilita que quien lo sufre pueda realizar sus actividades cotidianas con normalidad.
¿Cuáles son los principales síntomas de la laberintitis?
Los síntomas de una laberintitis aparecen de manera repentina y con mucha intensidad, puede que los ellos desaparezcan en algunos minutos o horas, sin embargo pueden reaparecer al realizar un movimiento muy rápido con la cabeza.
Los síntomas que caracterizan a la laberantitis son los siguientes:
- Dificultad para mantener el equilibrio.
- Dificultad para enfocar la visión.
- Sensación de que todo lo que rodea a la persona está en movimiento o dando vueltas.
- Problemas para escuchar con claridad.
- Zumbidos consecutivos en el oído.
- Dolor de cabeza recurrente.
- Mareos o vértigo.
¿Cuáles son los tipos de laberintitis?
Los tipos de laberintitis son los siguientes:
- Laberintitis serosa: suele ocurrir producto de la irritación química o tóxica del laberinto membranoso, bien sea por una otitis aguda, crónica, un traumatismo o alguna intervención quirúrgica. Es una inflamación estéril del oído interno, para el cual se aplica antibióticos endovenosos, antifúngicos, de acuerdo a la gravedad, y causa vértigo, nistagmo e hipoacusia.
- Laberintitis purulenta: esta infección se presenta cuando las bacterias penetran el oído interno por infección, por meningitis, perforación del tímpano por un Colesteatoma, o por una fractura del hueso temporal del cráneo. Suele presentar pérdida auditiva, vértigo, náuseas, vómitos, acúfenos, sacudidas repentinas de los ojos en una dirección, dolor y fiebre.
Esta infección se trata con antibióticos e incluso se puede requerir drenaje del líquido del oído medio y cirugía.
- Laberintitis emocional: esta afecciónse presenta con síntomas similares a la primera pero se acompaña a demás con ansiedad, estrés, preocupación, tristeza, llantos repentinos e incluso cambios en el apetito, y todo ello debido a que la misma está asociada con problemas emocionales como ansiedad o depresión.
Para tratar esta laberintitis se requiere de la atención psicológica y de psicoterapia, para así determinar que la causa y a veces no hay necesidad de aplicar medicinas.
¿Cómo se diagnóstica la laberintitis?
Para el diagnóstico de la laberintitis lo realiza el médico especialista, en este caso un otorrinolaringólogo, quien evaluara los síntomas, y antecedentes médicos, realizará un examen del oído y físico para el descarte otras enfermedades.
Además, el médico puede realizar una audiometría, que es prueba de audición, o una tomografía, en casos muy raros se pueda requerir esta última.
¿Cuáles son las causas de laberintitis?
La laberintitis como se sabe, es causada por una inflamación del laberinto, esto se puede ser normalmente por las siguientes razones:
- Problemas respiratorios por ejemplo una bronquitis.
- Infecciones virales como gripe o resfriado.
- Herpes.
- Infecciones bacterianas como otitis.
- Un traumatismo craneal.
- Presión alta, colesterol alto y diabetes.
- Por disfunción de la articulación temporomandibular.
- Puede presentarse en personas que fuman y beben excesivamente con problemas de alergias, que usan frecuentemente aspirina o tienen mucho estrés.
¿Cuál es el tratamiento de laberintitis?
El médico especialista u otorrinolaringólogo es el adecuado para indicar el tratamiento para la laberintitis, el cual puede cumplirse en la casa con reposo, e incluso en un lugar oscuro y sin ruidos.
Además, es posible la aplicación de remedios caseros como la ingesta de líquidos tales como agua, té o jugos, para que los síntomas mejoren.
La laberintitis requiere del uso de medicinas, que se indicaran de acuerdo al tipo de afección que se sufre, ya que la bacteriana puede requerir de antibióticos.
Entre estos se encuentran la amoxicilina, que se toma por 10 días, para combatir la infección de oído, para los mareos se usan metoclopramida, y los corticosteroides como la prednisolona, también para ayudar a disminuir el malestar y la inflamación.
En resumidas cuentas, el tratamiento farmacológico de la laberintitis incluye antibióticos, antiinflamatorios y sedantes vestibulares, mientras que hay casos más complicados que requieren de una cirugía si la infección es debido a una otitis media crónica.
Puede también que el paciente requiera de una Rehabilitación vestibular, tras superar la fase aguda del vértigo con la ayuda de una posturografía dinámica.
Algunos consejos prácticos mientras se trata la laberintitis
A continuación una serie de consejos a aplicar durante el tratamiento de la laberintitis:
- Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
- Reducir el consumo de sal ya que puede aumentar la presión de los vasos sanguíneos e irrigación al laberinto, cambiar por especias, cebolleta, perejil.
- Consumir mucha agua en el día.
- Comer cada tres horas sanamente.
- Comer frutas como manzana, pera y piña.
- Comer legumbres y verduras.
- Evitar el consumo de azúcar refinada, así como jugos envasados, y café.
- Tomar té de fruta.
- Caminar diariamente y en línea recta, así como mirar a los lados.
- Evitar preocupaciones y el estrés.
- Masajear con aceite de menta en la nuca.