El Gobierno de Nueva Zelanda ha anunciado este lunes que la vacuna contra el coronavirus será obligatoria para los profesionales sanitarios y profesores, mientras que aquellos que no lo hagan tendrán que someterse a pruebas semanales de COVID-19.
El ministro de Salud, Chris Hipkins, ha presentado el mandato de vacunas aprobado, que entrará en vigencia de aquí a finales de año, y que afecta a miles de trabajadores del sector educativo y sanitario, una decisión adoptada en la reunión del gabinete de este mismo lunes.
En este sentido, Hipkins ha remarcado que la mayoría de estos trabajadores ya ha sido inmunizado, no obstante, es una medida «necesaria» para asegurarse de que todos lo estén. «No podemos dejar nada al azar y lo estamos haciendo obligatorio», ha indicado, informa el portal de noticias Stuff.
«No es una decisión fácil, pero necesitamos que las personas que trabajan con comunidades vulnerables que aún no han sido vacunadas den este paso adicional», ha agregado el responsable de Salud del país, que ha agregado que los institutos también tendrán que tener un registro de vacunación para los estudiantes.
En concreto, el personal sanitario que lleve a cabo trabajo de «alto riesgo» estará obligado a vacunarse. Esto incluye a todos los trabajadores de la salud en sitios donde se trata a personas vulnerables, como hospitales, así como médicos atención primaria, farmacéuticos y enfermeras, entre otros.
Asimismo, la medida se aplicará en el sector sanitario privado, lo que incluye al personal que trabaja en residencias de ancianos.
La fecha establecida como límite para estar vacunados será diciembre, aunque por el momento no se ha especificado las consecuencias que tendría no cumplir con el mandato.
En total, más de 2,3 millones de personas en Nueva Zelanda han recibido dos dosis de la inoculación, lo que representa casi el 55 por ciento de la población, una cifra que escala hasta alcanzar el 80 por ciento en el caso de las personas que han recibido dos dosis.