Las alitas suelen ser la parte más jugosa y tierna del pollo, y prepararlas de la forma correcta, las deja sabrosas manteniendo su jugosidad intacta. Muchas veces, nos enfocamos tanto en querer unas alitas doradas, que olvidamos la importancia de mantener su interior jugoso y tierno, lo cual da como resultado unas alas resecas y toscas. Acompáñame a conocer cuál es el truco que las deja perfectas y atrévete a darte un gustazo.
9El horneado perfecto
La cocción de las alitas no requiere de un tiempo demasiado prolongado. De hecho, cuando lleven unos 20 o 25 minutos dentro del horno, ya deben lucir un poco doradas en su superficie.
En el instante en que luzcan doradas, voltéalas para que la cocción sea pareja de ambos lados. Una vez que las hayas volteado, cuece por 25 minutos más. Estarán perfectas, doradas y jugosas.