Las alitas suelen ser la parte más jugosa y tierna del pollo, y prepararlas de la forma correcta, las deja sabrosas manteniendo su jugosidad intacta. Muchas veces, nos enfocamos tanto en querer unas alitas doradas, que olvidamos la importancia de mantener su interior jugoso y tierno, lo cual da como resultado unas alas resecas y toscas. Acompáñame a conocer cuál es el truco que las deja perfectas y atrévete a darte un gustazo.
8Lleva a hornear las alitas
En una bandeja para horno vierte un chorro de aceite de oliva, solo un poco bastará. Dispón sobre la bandeja a las alitas. Si lo deseas puedes cortar patatas en forma de gajos o rebanadas y ponerlas como una cama para las alitas. De esta forma tendrás una rica guarnición.
Una vez colocado el pollo, introduce la bandeja al horno para iniciar la cocción. Una vez dentro del horno, no abras más la puerta del mismo hasta transcurridos los primeros 20 o 25 minutos de cocción. Como en cualquier horneado, lo mejor es evitar fluctuaciones de temperatura.