El caldo de marisco brinda la oportunidad de añadir aroma y sabor a un buen arroz, pasta o salsa de manera rápida y sencilla; y lo mejor de todo, es que para hacerlo no necesitas comprar ingredientes tan específicos, ya que por lo general, se trata de un plato de aprovechamiento en el que utilizas las partes de los langostinos, gambas y pescados que no requieres para otras recetas.
En el momento en el que limpias unas gambas para prepararlas al ajillo por ejemplo, lo más conveniente es no desperdiciar nada. Te contaré como sacar el máximo provecho para que las disfrutes al máximo.
3Cómo aprovechar los mariscos al máximo
En el caso de haber comprado una buena cantidad de gambas o marisco para una receta, solo debes limpiarlos muy bien y conservar las cabezas crudas en un envase con tapa; o mejor aún, en una bolsa con cierre al vacío y congelarla.
A menos que vayas a hacer el caldo de inmediato, lo mejor será congelar las cabezas y conservarlas congeladas hasta que las vayas a utilizarlas. Para hacerlo con un sabor concentrado y divino, puedes ir reuniendo en un envase en el congelador las cabezas hasta que tengas una buena cantidad de estas.
