La gran mayoría de los platos más tradicionales de la gastronomía española representan los orígenes más humildes y provienen de los poblados con arraigadas costumbres de aprovechamiento. La sopa castellana es uno de ellos y siendo en sus inicios un plato sencillo con ajos como protagonistas, ha ido evolucionando y se han añadido garbanzos, calabaza y otros ingredientes; que si bien, añaden su toque, son inspirados en la original.
Una de las tantas presentaciones de la sopa castellana es la de garbanzos y para darle un punto premium se realiza un proceso muy sencillo y definitivo que cambia toda su terminación, haciéndolo un plato sumamente delicioso.
9El toque para coronar este espectacular sopa: los garbanzos
Después de añadir los huevos y lograr que estos queden escalfados, es el momento para añadir los garbanzos y coronar la preparación.
Puedes elegir añadirlos de cualquiera de estas maneras: agrégalos a la olla y que liberen todo su sabor de forma pareja, o vierte una parte solamente en la olla y con el resto corona cada plato al momento de servir. Esta segunda opción en lo particular me parece fantástica y permitirá el disfrute de todos los sabores de manera majestuosa.