La gran mayoría de los platos más tradicionales de la gastronomía española representan los orígenes más humildes y provienen de los poblados con arraigadas costumbres de aprovechamiento. La sopa castellana es uno de ellos y siendo en sus inicios un plato sencillo con ajos como protagonistas, ha ido evolucionando y se han añadido garbanzos, calabaza y otros ingredientes; que si bien, añaden su toque, son inspirados en la original.
Una de las tantas presentaciones de la sopa castellana es la de garbanzos y para darle un punto premium se realiza un proceso muy sencillo y definitivo que cambia toda su terminación, haciéndolo un plato sumamente delicioso.
5El sofrito inicial para la sopa castellana
Una vez que tengas listos los garbanzos, el próximo paso es comenzar a hacer en una olla un sofrito. Vierte el aceite de oliva en una olla y rehoga los dientes de ajo laminados. Mientras se van sofriendo a fuego suave, corta las lonchas de jamón serrano en pequeños cuadrados y luego añádelos a la olla.
Este sofrito junto al anterior que preparaste con los garbanzos llenarán de sabor la sopa.