La gran mayoría de los platos más tradicionales de la gastronomía española representan los orígenes más humildes y provienen de los poblados con arraigadas costumbres de aprovechamiento. La sopa castellana es uno de ellos y siendo en sus inicios un plato sencillo con ajos como protagonistas, ha ido evolucionando y se han añadido garbanzos, calabaza y otros ingredientes; que si bien, añaden su toque, son inspirados en la original.
Una de las tantas presentaciones de la sopa castellana es la de garbanzos y para darle un punto premium se realiza un proceso muy sencillo y definitivo que cambia toda su terminación, haciéndolo un plato sumamente delicioso.
4Los garbanzos: el toque premium de esta versión de sopa castellana
Antes de comenzar con la preparación de la sopa castellana, es necesario que sepas que los garbanzos deben estar cocidos. En caso de no tenerlos listos, puedes recurrir a garbanzos enlatados y listo. O aún mejor, utilizar los que te hayan quedado de un buen cocido madrileño.
Vierte en una sartén un poco de aceite de oliva y añade un diente de ajo triturado. Cuando el ajo comience a dorarse retíralo de la sartén y coloca los 100 gramos de garbanzos a sofreír. Espolvorea un poco de perejil fresco picado cuando notes que los garbanzos comienzan a formar una delgada capa dorada. Apaga el fuego y reserva los garbanzos en un bol. Este será el truco que les dará un verdadero nivel gourmet.