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El otoño acaba de comenzar y a pesar de que en muchas zonas todavía se puede disfrutar de un clima adecuado para darse unos buenos chapuzones, es el momento adecuado para preparar las piscinas exteriores para pasar el invierno
Aunque todo pronostica que este otoño va a ser especialmente cálido, es importante tener en cuenta que el invierno acabará llegando, y es posible que lo haga de forma abrupta y sin avisar, por lo que muchas personas aprovechan el inicio de estación para dejar listas sus piscinas para cuando el frío llegue, que sin duda, llegará.
En aquellas zonas con inviernos más suaves, cada vez más gente está apostando por disfrutar de la piscina exterior todo el año. Hoy en día ya es posible calentar el agua de la piscina, lo cual hace que quienes no renuncian a bañarse durante todo el año se hagan con una bomba de calor para piscina. Esto posibilita que se pueda aprovechar este elemento, que hasta ahora se asociaba tan solo al verano, incluso en invierno.
Por otro lado, existen zonas en las que, a pesar de calentar el agua de las piscinas, el simple hecho de estar en el exterior se hace ya bastante difícil, a causa del frío. En esos lugares es importante dejar la piscina en condiciones para pasar los meses más fríos, de modo que se pueda retomar su uso sin problemas en cuanto el tiempo acompañe.
Es ahora cuando quienes desean mantener su piscina en perfectas condiciones se preocupan de que el agua esté perfectamente limpia para evitar la proliferación de algas y bacterias. Para ello el pH del agua debe estar entre 7.2 y 7.6. El ácido seco o ceniza de sodio ayudan a equilibrar los niveles y corregirlos. Las piscinas que usan cloro para mantenerse libres de bacterias también deberán mantener unos correctos niveles de este.
Las lluvias y las heladas invernales también pueden dañar las piscinas exteriores. Es una buena idea cerrar la válvula del desnatador y drenar el nivel del agua para que se mantenga unos 12 cm por debajo del fondo del desnatador, evitando así que la piscina se desborde. Las cubiertas, fundas para piscinas, el poliestireno u otros flotadores que actúen como barreras de compresión son también muy útiles contra las heladas. Las cubiertas, además, mantienen la piscina libre de elementos externos indeseados, como ramas u hojas, que pueden terminar ensuciando el agua y dañando parte de la piscina o el motor.
El mantenimiento y protección de los aparatos eléctricos que intervienen en el correcto funcionamiento de la piscina es algo que también hay que preparar en otoño. Las bombas de agua, los filtros y los calentadores eléctricos son equipos caros que siempre es mejor mantener que tener que reemplazar. A menudo se necesita seguir dándole uso al motor, para evitar que este se atrofie y se dañe, aunque cada equipo es diferente y lo más sensato es dejarse asesorar por los fabricantes. Siempre es interesante que todos los elementos dispongan de válvulas de aislamiento y tapones de drenaje. Esto permite drenar el agua de su interior, evitando que sufran daños por congelación y expansión del agua.
El otoño es una estación en la que se puede seguir disfrutando de días de verano, con la vista puesta en los fríos invernales, y para quienes son previsores, es sin duda el momento ideal para tenerlo todo listo para la próxima temporada.
Fuente Comunicae