Javito García fue uno de los concursantes más queridos de las primeras ediciones de Gran Hermano. Gallego, de naturaleza espontánea y simpática, conquistó tanto al público como a sus compañeros y se convirtió en el flamante ganador de la tercera entrega del concurso. En su pueblo Laracha, en A Coruña, aquello fue un acontecimiento, hasta tal punto que el pequeño municipio instaló una pantalla gigante en la plaza del Concello para que todos los vecinos se reuniese para ver la gala final. Una gala en donde se erigió ganador con el 60% de los votos. Tras esta victoria, muchas puertas se abrieron para Javito en el mundo de la televisión, y perfectamente pudo haberse convertido en un Kiko Fernández o en una Marta López.
4NUNCA LE INTERESÓ LA TELEVISIÓN DESPUÉS DE GRAN HERMANO
Al final colapsó con todo lo que se le vino encima, y decidió vender su parte del negocio a su socio. Dos años después, gracias en parte al premio recibido, pudo abrir dos locales en Carballo, uno llamado Tentación y la discoteca In & Out. Aunque le fue bien, el mundo de la noche tampoco le convenció “porque las formas de divertirse cambian mucho”, explicó en una entrevista. Lo que si tuvo claro siempre era que no quería dedicarse al mundo del entretenimiento, ni a la televisión, ni aparecer en otros realities. Su discreción natural le aparto para siempre de foco mediático aunque mantiene el contacto con algunos de sus compañeros, incluso de otras ediciones de Gran Hermano.