Muchas veces al comprar un buen pan, terminamos con una buena cantidad de este, que, necesariamente debemos congelar para disfrutarle en otro momento. Si vas a comerlo al día siguiente quizás optes por simplemente envolverlo bien y dejarlo a temperatura ambiente; mientras que, si vas a disfrutarlo en algunos días más, la opción más recomendable es congelarlo.
Hay formas de disfrutar del sabor fresco del pan así este haya estado congelado. Conservándolo de la manera correcta y poniendo en práctica un sencillo truco, podrás degustarlo como recién comprado.
1El factor determinante para disfrutar el pan: la humedad
Todos los tipos de pan existentes, incluso los de corteza considerada más suave, constan de una parte exterior más dura y el interior más suave y esponjoso. Las dos partes obedecen al proceso de hidratación y deshidratación al que se someten durante el horneado.
Cuando un pan se introduce en el congelador, su corteza se hidratará para hacerse más elástica; por ello, para disfrutar de este alimento como si estuviese fresco, la miga debe conservarse tierna y la corteza seca. Por esta razón, es necesario cuidar cada proceso tanto al congelar como al descongelarlo.