La combinación de tecnologías «circulares», como el reciclaje, la biomasa y la captura de dióxido de carbono, podría ofrecer una forma de producir plásticos con cero emisiones netas de gases invernadero, según concluye un nuevo estudio publicado en Science.
La producción de plásticos -uno de los materiales más omnipresentes fabricados por el hombre- representa actualmente el 6% del consumo mundial de petróleo y se espera que aumente hasta casi el 20% en los próximos 30 años. Por ello, para cumplir los objetivos climáticos mundiales, es de vital importancia conseguir que la economía del plástico no emita ningún tipo de gases de efecto invernadero.
Las estrategias propuestas para mitigar los GEI en el ciclo de vida de los plásticos incluyen la descarbonización de la cadena de suministro de plásticos y la aplicación de tecnologías circulares que reutilicen las materias primas de carbono fósil, como el reciclaje químico y mecánico, la utilización de biomasa y la captura y utilización de carbono (CCU).
Sin embargo, mientras que una gran cantidad de investigación se ha centrado en la búsqueda de bloques de construcción más sostenibles para los plásticos de próxima generación, la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero del ciclo de vida de los plásticos de la generación actual utilizando tecnologías circulares a menudo se percibe como intensiva en energía y costosa.
Ahora, los investigadores Raoul Meys y Andre Bardow, de la Universidad Técnica de Aquisgrán (Alemania), y sus colegas presentan un modelo ascendente para la producción de plásticos y el tratamiento de residuos basado en más de 400 conjuntos de datos tecnológicos que representan el ciclo de vida de más del 90% de los plásticos mundiales.
Con este modelo, los investigadores proyectaron cinco vías diferentes para las emisiones de GEI del ciclo de vida de los plásticos en el año 2050.
Los resultados muestran que, combinando el reciclado, la utilización de biomasa y el CCU, se podrían conseguir plásticos con cero emisiones netas de GEI con una menor demanda de energía y unos costes operativos más bajos que los asociados a las actuales tecnologías de producción basadas en los combustibles fósiles, combinadas con la captura y el almacenamiento de carbono.
Según los autores, para hacer realidad todo el potencial de ahorro de 288.000 millones de dólares (unos 248.000 millones de euros) se necesita un suministro de biomasa renovable y CO2 de bajo coste, un suministro de petróleo de alto coste y políticas que incentiven el reciclaje a gran escala y reduzcan las barreras de inversión para las tecnologías que utilizan materias primas renovables de carbono.