Hace unos años nació una idea revolucionaria por parte de Roger Federer, esta no fue otra que la creación de un torneo de tenis: la Laver Cup. Este evento tenía como gran atractivo la creación de dos equipos en el se enfrentan los de Europa contra los del Resto del Mundo, en lo que es una clara referencia a la Ryder Cup que se hace en el golf; sin embargo, tras esta última edición, la cuarta, ya empieza a surgir un problema muy grave que llevaría a la extinción muy pronto un evento que al fin se aceptó como un torneo ATP y que reúne a lo mejor del tenis mundial de la actualidad.
Pese a todos esos aspectos positivos, lo único malo vendría a ser la gran diferencia de nivel que hay entre un equipo y otro. Con eso a la vista se entiende que muy pronto deje de ser interesante para el público y por ende acabe desapareciendo ante las bajas audiencias. El 14-1 que le endoso el Team Europa al Team Resto del Mundo fue tan contundente que no quedó forma de rebatir quienes eran mejores y la verdad es que casi ninguno de los duelos tuvo el suficiente atractivo como para hacer que fuera más divertido. Esta paliza de los europeos en la Laver Cup podría ser el inicio de cambio que si se aplica bien podría evitar la desaparición de este torneo que comenzó de forma esplendida y se ha ido apagando.
3Esa gran diferencia entre europeos y el resto
Entre los datos más desgarradores que escenifican la diferencia de potencial que hay entre los del Team Europa y los del Resto del Mundo, más allá del 14-1 con el que acabó esta Laver Cup, es el hecho de que los últimos ganadores de Grand Slam han sido en su mayoría del «Viejo continente». Las cuentas son espeluznantes para algunos y sorprendentes para otros, pues de los 73 últimos Grand Slams, 70 cayeron para algún europeo; solo Juan Martín del Potro (US Open 2009), Gastón Gaudio (Roland Garros 2004) y Andy Roddick (US Open 2003) han sido capaces de quebrar el dominio de los de Europa. Sin embargo la diferencia es abismal.