Solo siete jornadas han pasado y el Real Madrid de Florentino Pérez luce muy firme en la cima de la tabla de clasificación de LaLiga Santander. Son cinco victorias, dos empates y cero derrotas que lo tienen mirando desde lo más alto; sin embargo, lo llamativo no es que el equipo comande la clasificación, pues por lo que representa, su historia y prestigio es una posición que puede ocupar sin problemas al iniciar una temporada, la cuestión es que lo haga dando una imagen tan superior con respecto a sus perseguidores habituales: el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. Los equipos que dirigen Ronald Koeman y Diego Simeone, respectivamente, están envuelto en algunos problemas que les han impedido comenzar de la mejor forma y estos han hecho que se despeguen de la escuadra merengue.
Pese a que es prácticamente la misma plantilla, solo con las salidas de Sergio Ramos y Raphael Varane, con los fichajes nada más de David Alaba y Eduardo Camavinga, el Real Madrid ha dado un salto de calidad que no tenía desde hace algunos años y todo gracias a un Carlo Ancelotti que ha llegado para sorprender en esta nueva etapa al frente del conjunto blanco. Cuando todos pensaron que vendría para colocar a los que conocía y cometer viejos errores, el italiano llegó con más movimientos de pizarra, una propuesta muy ofensiva, potenciando a los jóvenes y basándose en la meritocracia para elevar al Madrid al nivel que está ahora. Florentino Pérez está más que encantado con este desempeño; pero no cabe duda que la falta de acierto de sus principales rivales ha facilitado mucho las cosas y acercándolo mucho al título en apenas unos partidos de competición.
7Simeone se pierde en sus malas decisiones
Lo peor es que en el Atlético de Madrid las miradas solo se dirigen a Simeone y realmente es el único responsable con sus decisiones erradas. Claro que para mejorar a un jugador hay que ponerlo a jugar, pero cuando los deseos de que ese futbolista resurja supera a los de que el club gane, allí hay un problema. El argentino está decidido a recuperar a Griezmann, pero este o se quedó en Barcelona y mando a su doble maligno o solo se reserva para jugar bien con Francia ante selecciones menores; porque en el Atlético no ha comparecido. Inexistente en el juego, desmarques, jugadas a la ofensiva y, por supuesto, en goles, sus minutos y la ubicación en el campo se la está robando a un Ángel Correa que ha sido de lo mejor del Atlético. Simeone puede seguir empeñado, mientras Florentino Pérez está a gusto.