El pollo es uno de los alimentos más versátiles, nutritivos y también deliciosos. Son muchos los beneficios que aporta a la salud y es apto para todos en el hogar; sin embargo, su manejo, proceso de conservación, forma de cocción y consumo es muy delicado. Así como es importante congelarlo y descongelarlo de la manera correcta y cocinarlo perfectamente bien, consumirlo en buen estado es la única opción para que su consumo sea seguro.
2Comienza a cuidarte desde el momento de la compra
Si bien, hay algunos factores que pueden indicarte que el pollo se encuentra en mal estado al momento de la compra, también existen algunas características que pueden llegar a pasar desapercibidas.
En el caso de presencia de moho, este es muy fácil de detectar tan solo al ver el color verdoso o negro que presenta. Otros factores que debes tener en cuenta son la textura; esta no debe ser viscosa o babosa y con relación al olor, en ningún momento adquieras aquel que presenta olor agrio, a huevos podridos o a amoniaco. El color de la carne debe ser de un tono rosado claro o amarillento, en el caso de los pollos camperos.