Investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), el IMIB y de la clínica IVI Murcia han publicado, en la revista ‘Frontiers in Physiology’, el nacimiento a nivel internacional de los dos primeros bebés obtenidos mediante técnicas de reproducción asistida con la particularidad de que el medio de cultivo empleado para el desarrollo in vitro del embrión durante los primeros días estaba enriquecido con el fluido uterino donado por sus propias madres.
El grupo investigador ya había demostrado anteriormente que los medios de cultivo que se utilizan en el laboratorio para favorecer la unión entre espermatozoides y óvulos durante la fecundación influyen en las características del embrión como, por ejemplo, los embriones porcinos y bovinos concebidos por reproducción asistida con el medio de cultivo habitual.
Estos embriones presentaban patrones de expresión génica y epigenéticos diferentes a los concebidos de manera natural. Por ese motivo han propuesto con éxito la suplementación de los medios de cultivo con los fluidos que existen naturalmente en el tracto reproductor femenino de dichas especies, y han observado una mejora de la calidad de los embriones producidos in vitro. Sin embargo, aún se desconocía su utilidad en humanos.
Para trasladar esta estrategia a humanos fue necesario, en un primer momento, estudiar la viabilidad de la recogida de estos fluidos y caracterizar las muestras recogidas para saber si podrían ser usados con seguridad como suplementos de los medios de cultivo convencionales.
En el estudio publicado en la revista Frontiers in Physiology, los fluidos reproductivos humanos fueron recogidos de 25 pacientes sometidas a histerectomía abdominal más salpingectomía bilateral en el Hospital Clínico universitario Virgen de la Arrixaca, y de 20 donantes de ovocitos de la clínica de fertilidad IVI RMA Murcia, tras obtener los consentimientos informados y la aprobación de los Comités éticos correspondientes.
Posteriormente, se optimizaron los protocolos para evaluar su osmolalidad, pH, concentración de proteínas totales, nivel de endotoxinas y esterilidad, estableciendo rangos de seguridad para su uso como aditivos naturales.
Además, se desarrolló un ensayo funcional con embriones bovinos cultivados in vitro en un medio enriquecido con estos fluidos recolectados.
Por último, se llevaron a cabo tratamientos de reproducción asistida con seis pacientes en total, tres de ellas transferidas con embriones cultivados en medio control y otras tres con embriones cultivados con medios suplementados con fluido uterino de la propia paciente (fluido autólogo). Dos de los tres embriones cultivados con fluido autólogo transferidos a sus madres dieron lugar a un embarazo exitoso y al nacimiento de bebés sanos.
A pesar del pequeño número de pacientes implicadas, sugieren los investigadores que la suplementación de los medios de cultivo de embriones con fluidos reproductivos podría ser, en el futuro, una estrategia factible para imitar en lo posible el entorno natural en el que se desarrollan los seres humanos, tal y como se ha demostrado anteriormente en otras especies animales.
Por ello, el nacimiento de los dos bebés es un acontecimiento «muy prometedor», informa la UMU. Son necesarias ahora nuevas fuentes de financiación y condiciones logísticas para ampliar este estudio y aclarar, definitivamente, la viabilidad de la estrategia.
Estudios posteriores con un mayor número de pacientes serán necesarios para evaluar la efectividad del proceso, examinar su efecto sobre la calidad del embrión, la tasa de implantación embrionaria y la salud de los recién nacidos a corto y largo plazo.
En conclusión, este estudio estandariza las características que deben presentar los fluidos reproductivos recogidos para que puedan ser utilizados como suplementos para los medios de cultivo de embriones.
En Biobanc-Mur se ha creado la primera colección de biobanco de fluidos reproductivos mundial totalmente caracterizada, que sigue los protocolos de control de calidad descritos en este estudio y que será crucial para los futuros ensayos clínicos pertinentes para demostrar los beneficios de estos fluidos con un tamaño de muestra adecuado.
Esta investigación fue realizada por el Grupo de Investigación de Fisiología de la Reproducción de la UMU- IMIB (Pilar Coy, Analuce Canha-Gouveia, Evelyne París-Oller, Cristina Soriano-Úbeda) y la clínica IVI-Murcia, del grupo IVIRMA Global (José Landeras, Marta Mollá, Juan Carlos Martínez-Soto), con la colaboración de investigadoras del servicio de Obstetricia y Ginecología del HCUVA (Maria Teresa Prieto-Sánchez y Maria Luisa Sánchez-Ferrer.