El Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo ha condenado a un profesor interino de Lengua Castellana y Literatura en un instituto de Educación Secundaria de un municipio del centro de la región a un año de prisión, tal y como solicitó la Fiscalía del Principado de Asturias, por dos delitos de acoso sexual, prevaliéndose de una situación de superioridad docente. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso de apelación.
Además, inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena; la medida de libertad vigilada, que se ejecutará con posterioridad a la pena privativa de libertad, consistente en prohibición de aproximarse a las víctimas, a sus domicilios, centros de estudios o lugar de trabajo o cualquier otro donde pudieran encontrarse en un radio inferior a 300 metros y de comunicarse con ellas por cualquier medio, durante 1 año y 6 meses; e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto con menores de edad, durante 1 año.
El acusado de 55 años, cuando prestaba sus servicios como profesor interino de Lengua Castellana y Literatura remitió en el mes de noviembre de 2015, a dos de sus alumnas de segundo de Bachillerato, menores de edad, correos excediendo los límites de su actuación docente.
Así, las invitaba a salir con él a través del correo electrónico que utilizaba, para temas relacionados con la asignatura, como medio de comunicación entre los alumnos y el profesor, como dudas o cuestiones de carácter académico.
Así, el día 12 de noviembre de 2015 envió a una alumna de 16 años, el siguiente correo: «Si quieres salir un sábado a tomar algo por tu pueblo, no tendría problema en acercarme. Si no sales con nadie y quieres, claro». «Este finde que viene tengo trabajo en mi casa, pues me tienen que arreglar un par de persianas. Podríamos quedar para el sábado del puente, en caso de que no marches, te venga bien y quieras. O para este sábado. Para una primera cita tranquila tomando algo. No voy al spa (o voy el domingo) y ya está. Sabes qué pasa? Que tengo dos hijos de mi matrimonio (ahora ya no estoy casado) y cada quince días estoy con ellos; aunque el puente me lo cojo para mí».
Añadía en el correo que «de igual manera, si no quieres, tienes pareja o no te gusta la propuesta, dímelo por mail, no pasa nada. O no me digas nada. Como estás tan guapa y me gustas, por eso te lo planteo», insertando al final del mismo un corazón de color rojo de grandes dimensiones.
A este correo la alumna respondió: «Mira, te estás equivocando, y mucho, porque me tienes que tratar como una alumna y ahora mismo podría bajar a dirección y comentar lo ocurrido y las consecuencias no iban a ser nada buenas, así que a partir de ahora espero que solo me hables por cuestiones académicas y, a poder ser, te dirijas a mí lo menos posible».
El 18 de noviembre de 2015, el acusado remitió a otra alumna, de 17 años, compañera de la anterior, el siguiente mensaje: «Hola mira, lo he estado pensando más detenidamente y prefiero retirar la propuesta de quedar contigo o salir juntos. Tampoco voy a ir a la cena de final de curso, pues no me gusta salir de noche. Y no creo que dé tampoco ningún discurso».
La joven respondió: «No recuerdo y dudo que haya existido una propuesta de quedar o salir juntos. Para la graduación ya aviso yo a la gente que lo organiza».
El día 19 de noviembre de 2015, el acusado le mandó otro correo con el siguiente contenido: «Sí, te lo propuse en Facebook, en mensajes (otros), tras tu solicitud de amistad. A la cena, no voy, el discurso sí lo voy a dar. Festival de Navidad no hay. Un saludo».
Asimismo, días antes del puente de la Constitución de diciembre de 2015, el acusado remitió a la chica el siguiente correo: «Ramo de rosas (aparece en pantalla la foto de un ramo de rosas) para una chica muy guapa con la que me gustaría quedar este próximo finde, puente de diciembre, de sábado; si no sales con nadie y quieres».
A este correo la joven respondió: «Hola, no creo que quedar sea apropiado. Relación profesor-alumno y ya está. Me siento bastante incómoda con este tipo de situaciones en clase. Un saludo».
Por otro lado, el acusado realizó comentarios en el aula poniendo como ejemplo a dicha alumna. Por ejemplo, ante una observación hecho en clase por el profesor sobre una furgoneta con una colchoneta, y ante la pregunta de un alumno sobre si la había utilizado mucho, respondió que le preguntasen a la joven, lo que incomodó y avergonzó a la menor, dejándola sin capacidad de reacción o respuesta.
Las menores afectadas evitaron contar lo sucedido por temor a la reacción de sus familias y del propio centro, siendo sus propios compañeros de clase los que decidieron dar parte a la Dirección del instituto el día 1 de diciembre de 2015, dado el desasosiego y malestar que sufrían como consecuencia de la conducta del acusado.