Las secuelas del duro golpe que recibió el FC Barcelona, que comanda Joan Laporta, ante el Bayern Múnich ya comienzan a aparecer y puede que Ronald Koeman sea el primero en pagar los platos rotos de una situación en la que él no ha sido el único culpable, pero al ser la cabeza visible le cae encima mucha responsabilidad. Los males del club azulgrana no vienen de esta dura derrota, que lo que hizo fue abrirle los ojos a la realidad a los soñadores que pensaban que tenían equipo para pelear en Chmapions League; más bien todo se remonta a esos problemas económicos, heredados de la gestión de Josep Maria Bartomeu, que han desencadenado grandes males (imposibilidad de fichar cracks, salida de Lionel Messi…); y también a una plantilla que necesita renovarse desde hace tiempo, aunque nadie ha querido asumirlo.
Koeman ha sido el que ha comenzado ese proceso de reestructurar al equipo; sin embargo, a una parte de la dirigencia no le gusta por ser un entrenador contratado por la antigua gestión y otra apuesta por mantenerlo hasta final de temporada, pues no hay posibilidades económicas para despedirlo; además de que conseguir un remplazo a estas alturas sería muy complicado y en cambio a final de temporada hay más posibilidades de ver el mercado. Ya la relación está un poco tensa con Laporta y por más que se aseguré que es buena y que se apoyan mutuamente, la salida del neerlandés podría darse pronto. El problema es que el mandatario blaugrana se encontrará con algunos jugadores que apoyan a muerte su continuidad y que piden que se confíe en el entrenador neerlandés.
2Depay es un gran valedor de Koeman
Entre los que se oponen a la salida de Koeman destaca Memphis Depay. El neerlandés llegó gratis este verano, pero desde el año pasado que el técnico azulgrana insistió con fuerza para lo trajeran y así reforzar su delantera; por ese motivo está más que en deuda con su técnico que apostó por él y lo hizo fichar por el equipo de sus sueños. En el Barcelona ven a Depay como una de las pocas buenas noticias de este inicio de temporada y Laporta agradece el gesto que tuvo de bajarse el salario; pero por más que el atacante esté a gusto con Koeman no parece que la dirigencia blaugrana se quiera dejar convencer.