Para nadie es un secreto que el protagonista principal de este mercado de fichajes no fue otro que Lionel Messi. La novela que se formó en torno a su nuevo contrato con el FC Barcelona duró varios meses y cuando se pensó que ya estaba casi listo para comprometerse con el club de su vida, la verdad le dio de frente al club azulgrana para hacerlos despertar: sus problemas económicos hacían imposible que el argentino permaneciera en el equipo catalán. Sin dinero para ofrecerle el contrato de su categoría y tampoco para asumir lo poco que le podían ofrecer ante LaLiga Santander, debido a que ya excedía por mucho el límite salarial, el crack rosarino tuvo que salir. Una despedida forzada, casi que por la puerta trasera y nada merecedora por todo lo que había dado al Barça fue lo que obtuvo; ya luego apareció el PSG.
El conjunto parisino llegó para salvar a un Messi que se había quedado perdido al no poder permanecer en el Barcelona; sin embargo, fueron más garantías económicas y, sobre todo, deportivas hicieron que mudara su vida a la capital francesa para afrontar un gran reto, pues toda su carrera la había hecho en el club azulgrana y ahora debía hacerlo en otro lugar. Ya un mes después de aterrizar allí y con la algarabía un poco más disminuida, aunque no del todo, pues siempre emocionará tener a Messi, son varios los que se preocupan; porque ya sea por una cosa u otra, el argentino no termina de arrancar. Aunque la paciencia todavía está, nunca faltan los extremistas que ya lo ven empiezan a ver fuera y con una salida sin pena ni gloria del club que le dio la bienvenida más grande que pueda existir hace unos días.
3Dentro del Barcelona estaba más que protegido
Claro que ya se le veía más sonriente a Messi y las cosas habían mejorado para él; pero detrás de eso una de las cosas que se escondía era que su idilio con el FC Barcelona pasaría a otro plano. Por supuesto que siempre mantendrá una relación eterna con todo lo referente al equipo catalán; pero era con esa protección, estilo de juego, calidad de vida y sentido de pertenencia que le daba el club azulgrana con la que el argentino había vivido durante toda su carrera, algo con lo que ya no contará. Al estar desde los 13 años en el club no había nadie que lo conociera más y manejara más cosas de la institución catalana, tanto dentro de la cancha como simbólicamente fuera de ella, como lo hacía Messi. Ya en París es otra cosa y puede que esté comenzado a afectarle.