Para nadie es un secreto que el protagonista principal de este mercado de fichajes no fue otro que Lionel Messi. La novela que se formó en torno a su nuevo contrato con el FC Barcelona duró varios meses y cuando se pensó que ya estaba casi listo para comprometerse con el club de su vida, la verdad le dio de frente al club azulgrana para hacerlos despertar: sus problemas económicos hacían imposible que el argentino permaneciera en el equipo catalán. Sin dinero para ofrecerle el contrato de su categoría y tampoco para asumir lo poco que le podían ofrecer ante LaLiga Santander, debido a que ya excedía por mucho el límite salarial, el crack rosarino tuvo que salir. Una despedida forzada, casi que por la puerta trasera y nada merecedora por todo lo que había dado al Barça fue lo que obtuvo; ya luego apareció el PSG.
El conjunto parisino llegó para salvar a un Messi que se había quedado perdido al no poder permanecer en el Barcelona; sin embargo, fueron más garantías económicas y, sobre todo, deportivas hicieron que mudara su vida a la capital francesa para afrontar un gran reto, pues toda su carrera la había hecho en el club azulgrana y ahora debía hacerlo en otro lugar. Ya un mes después de aterrizar allí y con la algarabía un poco más disminuida, aunque no del todo, pues siempre emocionará tener a Messi, son varios los que se preocupan; porque ya sea por una cosa u otra, el argentino no termina de arrancar. Aunque la paciencia todavía está, nunca faltan los extremistas que ya lo ven empiezan a ver fuera y con una salida sin pena ni gloria del club que le dio la bienvenida más grande que pueda existir hace unos días.
1Esa presentación de Messi todavía se recuerda
Esta historia entre Messi y el PSG comenzó de una forma espectacular, con un recibimiento masivo en París, en el que miles se agolparon a las afueras del aeropuerto; luego el número aumentó en las cercanías del hotel donde se quedó y ya después fueron millones los que se amontonaron fuera del Parque de los Príncipes aquel 12 de agosto que ya es historia, solo para echarle una ojeada a uno de los mejores de la historia y que ahora estaría entre ellos. Con muchas sonrisas, olvidando las lágrimas de solo unos días antes al salir del Barça, sus familia, el «30» en su camiseta y el cariño del público fue recibido el rosarino.