Triunfando en su nueva faceta de colaboradora televisiva pero sin olvidar su pasado en el mundo de la moda, Alba Carrillo ha sido una de las celebrities que ha mostrado su apoyo a Ágatha Ruiz de la Prada en su colorido desfile en la MBFW. En un gran momento a nivel sentimental, la modelo confiesa que está enamoradísima de Santi Burgoa, con quien lleva dos años de discreto amor en los que, mucho más tranquila, intenta dejar las polémicas a un lado.
«Con Fonsi me llevo fenomenal y cruzo los dedos para que sigamos así, es lo más importante. Hay que apoyar a la familia, quererse y no discutir, que luego te quita la vida. A mí me ha quitado años de vida los enfrentamientos, ahora voy a disfrutar los que me queden a saco», confiesa.
Tan cambiada está que lejos de atacar duramente a Feliciano López – al que define como «el pasado ya olvidado» – le desea lo mejor con Sandra Gago y con su hijo Darío: «Que sea feliz y que sea capaz de hacer muy feliz a la personas con la que se ha comprometido, yo deseo todo el bien, a los niños y a las madres».
Con quien sin embargo sigue sin enterrar el hacha de guerra es con Rocío Flores. «No le meto caña, pero me duele que no defienda más lo suyo y a su madre que es una maravillosa persona y tendría que haber dado más la cara por ella, pero si no le sale*», reprocha a la joven, asegurando que «me tiene manía porque soy amiga de su madre. Yo duermo muy bien con mi conciencia».
Muy clara en su defensa de Rocío Carrasco, Alba ve normal que contase su verdad sobre el calvario que vivió con su hija por culpa de Antonio David Flores: «Tiene derecho a dar su versión y contar su vida después de 20 años de que su padre hablara lo que le diera la gana». «Ya era hora de que se contaran las cosas como han sido y no como se las han inventado. La culpable de la que la niña esté en la palestra no es la madre, es el padre», sentencia.
Eso sí, a pesar del distanciamiento entre madre e hija, la modelo no descarta un reencuentro: «Yo como madre y como hija solo puedo esperar que algún día estén los suficientemente bien las dos para que puedan reencontrarse de manera sana y hacer las cosas bien, quererse que es lo que toca siendo madre e hija».