De nuevo comenzó la Champions League y tal como viene siendo habitual en las últimas campañas, Robert Lewandowski inauguró la competición con lo que mejor sabe hacer en el mundo: goles. Frente el FC Barcelona no hubo duda alguna de que el Bayern Múnich ofreció uun verdadero recital y lo peor es que no llegaron a expresar el 100% de su potencial; con todo y eso, hasta levantando el pie del acelerador en un momento, los bávaros lograron golearlos en el Camp Nou y dos de los tantos corrieron por cuenta de la maravilla polaca, que ya suma 75 goles y va galopando en el podio de los máximos goleadores de la competición de clubes más importante del mundo.
Lo cierto es que Lewandowski ha vuelto a ser clave en una goleada y no solo por lo que genera en ofensiva, también dejó su huella en el marcador. Dentro del Bayern Múnich ya es toda una figura histórica, pues sus goles lo han llevado a un nivel de leyenda, tal como Gerd Müller; sin embargo, eso no le ha impedido alejar a aquellos pretendientes que siempre lo han buscado, más bien han reforzado las ganas de hacerse con sus servicios. Uno de los más potentes ha sido el Real Madrid, que desde hace años se rumorea que sueña con fichar al polaco. Tanto se ha hablado del tema que siempre su figura se relaciona con el club blanco así no quiera; la cuestión es que en realidad tiene algo de culpa para avivar esos rumores, pues ya ha coqueteado con el equipo español varias veces.
2Esa soberbia actuación con cuatro goles
Ya en la temporada 2012-2013, el Borussia Dortmund era uno de los equipos más temibles de Europa, pues venía de ganar la Bundesliga el curso anterior y en la Champions League andaba extremadamente bien amparado en los goles de un Lewandowski letal. No obstante, su mejor actuación en el torneo llegaría en semifinales frente al poderoso Real Madrid de José Mourinho. En la ida se lució al anotar cuatro goles que catapultaron al equipo alemán a la final. Esa actuación es muy recordada a día de hoy, pues no se ha visto tal exhibición goleadora en una estancia tan importante por parte de un solo jugador. Con cada grito de gol más acababa de llamar la atención precisamente del equipo que era su víctima.