Cáncer es una palabra que nadie quiere escuchar en la consulta de un médico. Esta enfermedad puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, se desarrolla cuando el material genético de unas células cambia provocando un crecimiento desmesurado que invade a las células normales, y se extiende por los tejidos cercanos. La mortalidad del cáncer ha disminuido en los últimos años en España, pero sigue siendo la primera causa de muerte en los hombres y la segunda en la mujer. El cáncer de mama es el más frecuente en la mujer, una de cada ocho españolas desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida. Sin embargo, existen otros canceres ginecológicos, los que afectan al aparato genital femenino, menos conocidos pero no menos importantes por su trascendencia psicosocial y por su mortalidad. Los más frecuentes son el cáncer de endometrio, el cáncer de ovario y el cáncer de cérvix, siendo mucho más raros los de vulva, vagina y trompa de Falopio.
El cáncer de endometrio comienza en la capa interna del útero, el órgano donde se desarrolla el feto, provocando sangrado vaginal anormal, por lo que se puede detectar en una etapa temprana. Los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer endometrial según explica el doctor Alberto Lanzón, Ginecólogo y especialista en cáncer ginecológico de la Unidad de la Mujer del Hospital Quirónsalud Zaragoza, son “una exposición excesiva y prolongada en el tiempo a los estrógenos, que son las hormonas femeninas, la menarquía precoz (comenzar la menstruación antes de los 12 años), la menopausia tardía y la obesidad”. La exposición del endometrio al estrógeno es mayor cuanto más tiempo tenga la menstruación la mujer y “las mujeres obesas tienen hasta un 40 por ciento más de concentración de estrógenos en sangre”, añade el doctor.
Los signos que identifican el cáncer de endometrio se manifiestan, fundamentalmente en un sangrado vaginal después de la menopausia, ya que la edad media de presentación está en torno a los 63-64 años, sangrados entre periodos menstruales y dolor pélvico. Ante alguna de estas señales, se debe acudir al especialista para determinar las causas del sangrado, aunque solo el 8-10 por ciento de estos sangrados post-menstruales se deben a un cáncer, la mayoría son por atrofia genital o pólipos endometriales benignos. La mayoría de los canceres de endometrio se detectan a tiempo y tienen una tasa de supervivencia del 90 por ciento.
Por el contrario, el cáncer de ovario es más difícil de detectar “no hay una clínica clara para diagnosticarlo, se le llama el asesino silencioso porque tiene una clínica anodina y cuando se diagnostica, en la mayoría de los casos va a estar en estadios avanzados”, explica el doctor Lanzón. Los síntomas suelen ser pérdida de apetito, molestias abdominales, sensación de saciedad al comer, estreñimiento o necesidad constante de orinar. Las causas de padecer cáncer de ovario no se conocen con exactitud, pero existen una serie de factores que pueden aumentar las probabilidades como el no tener hijos o tener antecedentes familiares con algún caso de este tipo de cáncer. “El 15-20 por ciento de los canceres de ovarios van a ser hereditarios fundamentalmente por mutaciones de genes supresores de tumores como el BRCA1 y el BRCA2. El uso de anticonceptivos orales hormonales sería un factor protector”, puntualiza el especialista.
Otro cáncer ginecológico es el de cérvix, que se produce en las células del cuello uterino, la parte inferior del útero que se conecta con la vagina. Este tipo de tumor se asocia con la infección del virus del papiloma humano (VPH), un grupo de virus relacionados entre sí que pueden causar verrugas en distintas partes del cuerpo y afecta a los genitales. Además, el tabaquismo y la inmunosupresión, son cofactores de riesgo para padecer cáncer de cérvix. El virus del papiloma humano está presente en el 99 por ciento de los canceres de cuello. Los síntomas son el sangrado vaginal después de las relaciones sexuales; flujo vaginal cero-hemático y maloliente y dolor pélvico durante las relaciones. La vacunación masiva contra el VPH previene la infección y reduce el riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
El doctor Lanzón explica que las pacientes que deben enfrentarse al diagnóstico de cáncer sufren sensaciones negativas “no solo por el hecho de enfrentarse a la enfermedad sino también a los efectos secundarios que pueden provocar los tratamientos, la imagen corporal, la autoestima y cómo pueden afectar a las relaciones de pareja”. Pero la formación de comités de tumores con equipos de trabajo multidisciplinar ayuda a estas pacientes oncológicas informando y asesorando en cada caso particular.