El otoño es para todos la vuelta a la rutina y con ella debemos comenzar con los hábitos de comida saludables, aquellos que hemos dejado de lado en verano por las vacaciones, los chiringuitos y las reuniones con los amigos.
El inicio “del nuevo curso” es una época ideal para empezar a cuidarnos de nuevo para afrontar con fuerza los nuevos retos en el trabajo o volver a los estudios.
Recuperar la rutina y comer cinco veces al día
Las vacaciones suelen ser un desmadre a la hora de comer. Nos levantamos tarde y nos saltamos el desayuno, comemos a deshoras, nos juntamos con amigos en una terraza y en lugar de cenar picoteamos, etc.
Ya en casa y centrados en nuestros quehaceres diarios es la hora de volver a tener un horario fijo para comer y de no evitar ninguna comida de las cinco que solemos hacer como son el desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda, la cena.
Es muy importante que no nos saltemos ninguna, pues de esa manera no llegaremos a la siguiente con hambre.
Incorporar más frutas a la dieta
En esta estación tenemos frutas de temporada magníficas, como las naranjas, las manzanas, las uvas, las granadas, etc.
Hay que aprovechar que están en pleno apogeo (su sabor no tiene nada que ver con el de la fruta que se guarda en las cámaras frigoríficas) y muy bien de precio para incorporar varias piezas diarias, al menos tres y mejor si son alguna más.
Además de comerlas como postre, también las podemos usar como almuerzo o merienda, para quitarnos el hambre sin ingerir apenas calorías.
Volver a comer legumbres
Con la llegada del calor no apetece tanto comer legumbres, aunque nada nos impide comerlas frías en ensaladas.
De todas maneras, parece que siempre son más sabrosas en un buen puchero y con el frío que ya vamos notando pensamos en un buen plato de cuchara.
Se pueden hacer de muchas formas y si queremos que sean saludables podemos evitar el chorizo o el tocino. De hecho, unas lentejas a la jardinera (con muchas verduras) es un plato muy sano y que nos reconforta en esos días en los que los termómetros bajan mucho.
Por otra parte, podemos llevar judías y garbanzos a la oficina, listos para calentar en el microondas e incluso comprar latas ya preparadas en un supermercado, pues hay muchas que son muy sanas.
Es la época de los frutos secos
Los frutos secos suelen ser los grandes olvidados en la alimentación a pesar de que tienen una gran cantidad de ácidos grasos como el omega 3 y 6, muy buenos para el corazón, una gran cantidad de vitaminas y de minerales.
Ahora es la mejor época del año para consumirlos, puesto que se están recogiendo y no hace falta que optemos por los más exóticos, pues tenemos al alcance de la mano almendras, nueces y castañas.
Eso sí, no debemos comer más de uno o dos puñados al día, pues son muy calóricos y podrían sumar demasiada energía a nuestra ingesta diaria, en especial si no hacemos mucho deporte.