Al momento en el que el Real Madrid selló el regreso de Carlo Ancelotti, uno de los que más lo debe haber celebrado fue Marcelo. El brasileño habrá pensado, como otros muchos de la plantilla, que el retorno del italiano sería un empujón más para volver a ser lo que fue en el pasado: uno de los mejores laterales izquierdos del mundo. De hecho, los aficionados temían que ese fuera su gran error, el tratar de recuperar a esos que ya no demostraban nivel para estar en el Madrid (Isco, Bale, Macelo…) y olvidará a los jóvenes o a los que venían empujando fuerte; todo por tratar de rememorar viejos tiempos. Y es que hasta le propio técnico italiano lo dijo en su presentación, que quería ver a sus antiguos pupilos; aunque matizó que luego «el campo decidirá», algo que para suerte está cumpliendo.
De los que presumiblemente trataría de recuperar, solo Bale se lo está ganando; el resto, comenzando por Marcelo, han estado condenados a la banca en estos primeros partidos. Sin embargo, llama la atención el caso del brasileño, que ya es el primer capitán del equipo tras la salida de Sergio Ramos, pues hasta Miguel Gutiérrez, canterano del Real Madrid, lo ha superado entre las preferencias del estratega merengue; así se puede entender que para el italiano ya el «12» del Madrid no cuenta mucho. Ancelotti tendría su decisión tomada y justo en estos momentos Marcelo es un peso extra que ya no quiere llevar. Varios son los motivos por los que lo ha dejado a un lado y por los que cada vez se puede vislumbrar una salida.
10Una despedida de Marcelo que dolerá mucho
Ese 2007 será recordado como el año en el que un chico de 18 años arribó a Madrid desde Brasil para tratar de quedarse con el puesto del que era su ídolo, nada más y nada menos que Roberto Carlos. Desde entonces han pasado 14 años y 22 títulos ha sumado a su vitrina; y ese chico se ha convertido en el primer capitán y el segundo jugador extranjero con más partidos en el Real Madrid, con 529 encuentros. No cabe duda de que Marcelo es una leyenda e historia viva del club merengue; por eso su despedida, ya sea este invierno o en verano, cuando se le acaba el contrato, será un duro golpe para una afición que lo aprecia mucho. Su entrega, compromiso, juego alegre y gran ataque siempre se recordarán; y aunque la afición entiende que ya no está para jugar en el Madrid, su adiós dolerá.