El Papa ha condenado «la locura del odio contra los judíos» y ha señalado que la Iglesia también «deshonró a Dios» cuando en una Eslovaquia dirigida por el sacerdote católico Jozef Tiso, decenas de miles de judíos fueron deportados y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.
«El nombre de Dios fue deshonrado, porque la peor blasfemia que se le puede causar es la de usarlo para los propios fines, más que para respetar y amar a los demás», ha dicho Francisco al reunirse con representantes de la comunidad judía en el país centroeuropeo.
En la segunda jornada de su viaje a este país, el Papa se ha encontrado con algunos miembros de esta comunidad, entre ellos algunos supervivientes del Holocausto, en la plaza Rybne, en un barrio tradicionalmente judío de Bratislava donde antes había la sinagoga. Ante esa sinagoga destruida por el régimen comunista en 1969 para hacer un puente, Francisco ha dicho: «Aquí, ante la historia del pueblo judío, marcada por este agravio trágico e indescriptible, nos avergonzamos de admitirlo: ¡cuántas veces el nombre inefable del Altísimo ha sido usado para realizar acciones que por su falta de humanidad resultan inenarrables!».
El Papa ha lamentado que son los «ídolos del poder y del dinero» que se imponen sobre «la dignidad del hombre, de la indiferencia que vuelve la mirada hacia otra parte, de las manipulaciones que instrumentalizan la religión, haciendo de ella una cuestión de supremacía o reduciéndola a la irrelevancia». Del mismo modo, ha arremetido contra las prácticas que hacen olvidar el «pasado» o «la ignorancia que justifica todo, la rabia y el odio».
En este sentido, ha instado a los líderes de las religiones una condena unánime frente a «toda violencia» y «toda forma de antisemitismo» y que unan sus fuerzas «para que la imagen de Dios en la persona humana no sea profanada».
Desde 1996, un memorial en la plaza conmemora a las 105.000 víctimas eslovacas del Holocausto. Después de la guerra, apenas 300 supervivientes se quedaron en el país. Hoy en día, la comunidad judía en Eslovaquia apenas cuenta con 2.000 personas, tan sólo el 0,1 por ciento de la sociedad.
En su primera cita de esta tarde, el Papa ha visitado un centro para personas sin hogar que acoge también a personas y familias en situación de vulnerabilidad en Bratislava, gestionado por las Misioneras de la Caridad. A su llegada, Francisco dirigió unas palabras espontáneas, ante un grupo de personas y niños congregados en la entrada del edificio.«Estoy feliz de visitarlos, de estar entre ustedes, estoy muy contento: gracias por recibirme«, señaló Francisco agradeciendo también a las religiosas por el trabajo que realizan, por su labor de acogida, de ayuda y de acompañamiento. El Pontífice pronunció después un mensaje de aliento para estas personas: «Jesús está con nosotros, nunca nos abandona. Puede que lo veamos o puede que no, pero siempre nos acompaña en el camino de la vida».
El Papa visitará este martes el barrio Lunik IX en Kosice, la ciudad más grande de Eslovaquia después de la capital Bratislava. Se trata del mayor gueto gitano de Europa compuesto por unos 600 barrios marginales donde viven los sectores más pobres de la comunidad gitana, de unas 400.000 personas. La mayoría carecen de agua corriente o de sistemas de desagüe, gas y electricidad.