Desde hace un tiempo ya que no hay dudas de un hecho más que vital en el Atlético de Madrid y este no es otro que la importancia de Marcos Llorente dentro de la escuadra colchonera. Si bien tuvo un inicio difícil luego de ser fichado como mediocentro proveniente del Real Madrid, por 40 millones de euros; lo cierto es que el madrileño ha sabido esperar su oportunidad, con paciencia y humildad, para no solo hacerse un hueco como titular en el esquema de Diego Simeone, sino que también se ha vuelto un jugador imprescindible dentro del club rojiblanco.
Pese a que ya se ha asentado y funge como una de sus estrellas, junto a Oblak, Koke y Luis Suárez, todo lo que involucra a Marcos Llorente tiene un aura más especial, pues su explosión de talento ha sido tal que la ola expansiva todavía sigue llevándose todo por delante. Justo ahora nadie se imagina un Atlético de Madrid sin el medicampista; pero esta situación puede torcerse muy pronto de cambiar algunos errores que se están cometiendo con él y que ya tienen precedentes en el equipo. Los cambios constantes de posiciones pueden ser un problema y no hay que ir muy lejos para ver lo que sucedió con Saúl Ñíguez como ejemplo.
7La versatilidad lo puede convertir en prisionero
Si bien su gran actuación lo ha llevado a ser un imprescindible para Simeone en el Atlético de Madrid, la gran virtud de Marcos Llorente puede acabar convirtiéndose en su mayor debilidad. De cara a todos su posición es la de mediocampista o volante por derecha; pero con el argentino cambiando su posición un día sí y otro también, esto puede acabar convirtiéndolo en alguien sin lugar fijo. Así se convertiría en un nuevo Saúl, pues siempre puede aparecer un compañero que sobresalga y el quede como el mero respaldo en otra posición, tal y como sucede ahora que ha jugado mucho de lateral derecho. Sin posición fija, el entrenador argentino puede catalogarlo como un comodín y así pronto se quedará sin un lugar en el equipo colchonero.