En 2019, más de 700.000 personas murieron por suicidio, lo que significa una de cada 100 muertes o el 1% de las muertes globales; más personas mueren como consecuencia de suicidio que el VIH, el cáncer de mama o la malaria, señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo objetivo es reducir la tasa en un tercio para 2030.
Con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, celebrado cada 10 de septiembre, recuerdan que el suicidio «es un problema de salud pública urgente». Y para reducirlo piden la colaboración de toda la sociedad y el compromiso de los gobiernos.
Entre los jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio fue la cuarta causa principal de muerte después de los traumatismos causados por la carretera, la tuberculosis y la violencia interpersonal. Las tasas varían entre países, regiones y entre hombres y mujeres.
Más del doble de hombres mueren por suicidio que de mujeres (12,6 por 100.000 hombres en comparación con 5,4 por 100.000 mujeres). Las tasas de suicidio entre los hombres son generalmente más altas en los países de ingresos altos (16,5 por 100.000). En el caso de las mujeres, las tasas de suicidio más altas se encuentran en los países de ingresos medianos bajos (7,1 por 100.000).
Las tasas de suicidio en las regiones de la OMS de África (11,2 por 100.000), Europa (10,5 por 100.000) y Asia Sudoriental (10,2 por 100.000) fueron más altas que el promedio mundial (9,0 por 100.000) en 2019. El suicidio más bajo la tasa se registró en la región del Mediterráneo oriental (6,4 por 100.000).
Las tasas de suicidio cayeron en los 20 años entre 2000 y 2019, con una tasa global disminuyendo en un 36%, con disminuciones que van desde el 17% en la Región del Mediterráneo Oriental hasta el 47% en la Región de Europa y el 49% en el Pacífico Occidental. Pero en la Región de las Américas, las tasas aumentaron un 17% en el mismo período.
Aunque algunos países han dado prioridad a la prevención del suicidio en sus agendas, demasiados países siguen sin comprometerse. Actualmente, se sabe que solo 38 países tienen una estrategia nacional de prevención del suicidio. Se necesita una aceleración significativa en la reducción de suicidios para cumplir la meta de los ODS de una reducción de un tercio en la tasa mundial de suicidios para 2030.
El pasado mes de junio, la OMS publicó nuevas directrices para ayudar a los países a mejorar la prevención y la atención del suicidio. Así instaba a limitar el acceso a los medios de suicidio, como plaguicidas y armas de fuego altamente peligrosos; educar a los medios de comunicación sobre la información responsable sobre el suicidio; fomentar las habilidades socioemocionales para la vida en los adolescentes; y la identificación temprana, evaluación, manejo y seguimiento de cualquier persona afectada por pensamientos y comportamientos suicidas.