El secretario general del Sínodo de Obispos, el cardenal Mario Grech, ha insistido en que la concesión del voto a las mujeres en el texto final que saldrá de los debates sinodales no es lo más importante. El voto ya se ha conseguido para los religiosos pero que sigue vetado a las mujeres superiores de órdenes religiosas, aunque tengan el mismo estatus canónico,
«Esta focalización en el voto a las mujeres no me deja sereno. No es el voto lo que cuenta», ha señalado el purpurado que esta mañana ha presentado en el Vaticano el documento preparatorio del Sínodo que será inaugurado por el Papa Francisco en Roma el 9 de octubre. Por primera vez, el camino sinodal será inaugurado de forma paralela por cada obispo en su propia diócesis el domingo 17 de octubre. Contará en definitiva con cuatro fases: diocesana y nacional a lo largo de 2022, continental y mundial en 2023.
En la conferencia de prensa en el Vaticano han participado también los dos subsecretarios del Sínodo de obispos la hermana francesa Natalie Becquart y el agustino español Luis Marín de San Martín. Este último ha incidido en que este itinerario, es a la vez «un don y una tarea». «Se va a caminar juntos y a reflexionar juntos sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión», ha agregado.
La religiosa javeriana Becquart fue nombrada por el Papa subsecretaria para el Sínodo de los Obispos lo que la definió como la primera mujer, y única en este momento, con derecho a voto en este organismo de consulta eclesial. Varias asociaciones de mujeres católicas llevan años reclamando al Sínodo el voto para las mujeres.
Sus reivindicaciones nacieron de hecho en 2018, durante el Sínodo de los Jóvenes, cuando se incluyó la participación por primera vez de una docena de mujeres en los debates con los obispos, pero ninguna de ellas pudo votar el texto final. Desde ese momento, la Unión de Superioras Generales (UISG) urgió a los organizadores de la asamblea sinodal que cambiasen la norma para permitir que, al menos, que las representantes de las Congregaciones religiosas que participaban pudieran votar.
El cardenal Grech ha argumentado que el Sínodo es «un proceso que implica a todo el Pueblo Dios» por lo que todo el Pueblo de Dios «debe converger en un consenso». «Tenemos que insistir más sobre cómo podemos dialogar, conversar y discernir juntos para llegar a esta armonía», ha agregado.
Así, ha manifestado que en la primera fase del Sínodo que empieza el próximo 10 de octubre y que será la fase de consulta a las iglesias locales «deben participar todos, tanto hombres como mujeres, para contribuir al primer nivel de discernimiento». «Las mujeres son parte del Pueblo de Dios deben ser escuchadas y consideradas protagonistas del proceso sinodal», ha afirmado por su parte la profesora de Derecho canónico de la Universidad de Erfurt y consultora de la Secretaría General del Sínodo de los Obispo.