Investigadores del Instituto de Inmunología Terapéutica y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Cambridge en Reino Unido advierten de que la variante Delta del SARS-CoV-2, que se ha convertido en la dominante en muchos países, puede haberlo conseguido gracias a la combinación de su capacidad de evadir la respuesta inmune y su facultad de infección.
El equipo de investigadores surgiere, en el estudio que ha sido publicado en ‘Nature’, que estos resultados apuntan a que las medidas de control de infecciones contra variantes deberán continuar en la era posterior a la vacunación.
A medida que el SARS-CoV-2 se replica, los errores en su composición genética hacen que mute. Algunas mutaciones hacen que el virus sea más transmisible o más infeccioso, otras lo ayudan a evadir la respuesta inmunitaria, lo que puede hacer que las vacunas sean menos efectivas, mientras que otras tienen poco efecto. Una de esas variantes, denominada variante Delta ‘B.1.617.2’, se observó por primera vez en la India a fines de 2020. Desde entonces se ha extendido por todo el mundo; en el Reino Unido, es responsable de casi todos los casos nuevos de infección por coronavirus.
«Al combinar experimentos de laboratorio y la epidemiología de las infecciones innovadoras de las vacunas, hemos demostrado que la variante Delta es mejor para replicarse y propagarse que otras variantes comúnmente observadas. También hay evidencia de que los anticuerpos neutralizantes producidos como resultado de una infección o vacunación previa son menos efectivos para detener esta variante», señala el profesor Ravi Gupta del Instituto de Inmunología Terapéutica y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Cambridge, uno de los autores principales del estudio.
«Es probable que estos factores hayan contribuido a la devastadora ola epidémica en la India durante el primer trimestre de 2021, donde hasta la mitad de los casos fueron personas que habían sido infectadas previamente con una variante anterior», añade.
Para examinar qué tan bien la variante Delta pudo evadir la respuesta inmune, el equipo extrajo suero de muestras de sangre recolectadas como parte de la cohorte COVID-19 del NIHR BioResource. Las muestras procedían de personas que habían sido previamente infectadas con el coronavirus o que habían sido vacunadas con las vacunas Oxford/AstraZeneca o Pfizer.
El suero contiene anticuerpos producidos en respuesta a una infección o vacunación. El equipo descubrió que el virus de la variante Delta era 5,7 veces menos sensible a los sueros de individuos previamente infectados, y hasta ocho veces menos sensible a los sueros de la vacuna, en comparación con la variante Alfa; en otras palabras, toma ocho veces tantos anticuerpos de un individuo vacunado para bloquear el virus.
De acuerdo con esto, un análisis de más de 100 trabajadores de la salud infectados en tres hospitales de Delhi, casi todos vacunados contra el SARS-CoV-2, encontró que la variante Delta se transmite entre el personal vacunado en mayor medida que la variante alfa.
El SARS-CoV-2 es un coronavirus, llamado así porque las proteínas puntiagudas en su superficie le dan la apariencia de una corona (‘corona’). Las proteínas de pico se unen a ACE2, un receptor de proteína que se encuentra en la superficie de las células de nuestro cuerpo. A continuación, se escinden tanto la proteína de pico como la ACE2, lo que permite que el material genético del virus entre en la célula huésped. El virus manipula la maquinaria de la célula huésped para permitir que el virus se replique y se propague.
Usando organoides de las vías respiratorias en 3D, ‘mini órganos’ que crecen a partir de células de las vías respiratorias, que imitan su comportamiento, el equipo estudió lo que sucede cuando el virus llega al tracto respiratorio. Trabajando en condiciones seguras, el equipo usó tanto un virus vivo como un ‘virus pseudotipado’, una forma sintética del virus que imitaba mutaciones clave en la variante Delta, y lo usó para infectar los organoides.
Descubrieron que la variante Delta era más eficiente para penetrar en las células en comparación con otras variantes, ya que tenía una mayor cantidad de picos escindidos en su superficie. Una vez dentro de las células, la variante también pudo replicarse mejor. Ambos factores le dan al virus una ventaja de selección en comparación con otras variantes, lo que ayuda a explicar por qué se ha vuelto tan dominante.
«La variante Delta se ha extendido ampliamente para convertirse en las variantes dominantes en todo el mundo porque se propaga más rápido y es mejor para infectar a los individuos que la mayoría de las otras variantes que tenemos. También es mejor para sortear la inmunidad existente, ya sea por exposición previa al virus o por vacunación, aunque el riesgo de enfermedad moderada a grave se reduce en tales casos», explica Partha Rakshit del Centro Nacional para el Control de Enfermedades, Delhi, India, coautor principal.