No muchas personas lo saben, pero si se ingieren demasiadas pepitas de sandía, puedes acabar teniendo una seria obstrucción intestinal. Y lo mismo te puede pasar con las pepitas del melón.
De seguro durante tu infancia, mientras te comías una rica sandía, que es una fruta contra el calor, tu abuela o tu mamá te decían que no debías comerte las pepitas de esta fruta, ya que de hacerlo, te crecería una sandía dentro del estómago, lo que es bastante imposible.
Cuando ya hemos crecido, este miedo que teníamos de niños hacia las pepitas de sandía ha ido despareciendo por lo que comenzamos a comerlas creyendo que no nos pasará absolutamente nada, lo que es un total error.
5¿Cómo pudieron llevar a cabo los expertos esta investigación?
Lo que los expertos debieron hacer para poder realizar la investigación, fue seleccionar casos distintos que se habían sometido a una apendicectomia y posteriormente lo que hicieron fue examinar cuáles de estos casos de apéndice tenían pepitas de sandía o residuos vegetales que no estuvieran digeridos en su etiología.
Para poder hacer esto, tuvieron que utilizar características hispatologicas, como edad, sexo y los parámetros de morbilidad y mortalidad.