No muchas personas lo saben, pero si se ingieren demasiadas pepitas de sandía, puedes acabar teniendo una seria obstrucción intestinal. Y lo mismo te puede pasar con las pepitas del melón.
De seguro durante tu infancia, mientras te comías una rica sandía, que es una fruta contra el calor, tu abuela o tu mamá te decían que no debías comerte las pepitas de esta fruta, ya que de hacerlo, te crecería una sandía dentro del estómago, lo que es bastante imposible.
Cuando ya hemos crecido, este miedo que teníamos de niños hacia las pepitas de sandía ha ido despareciendo por lo que comenzamos a comerlas creyendo que no nos pasará absolutamente nada, lo que es un total error.
1Pepitas de sandía
Hoy podemos ver con claridad que el miedo que sentíamos de niños sobre comer estas pepitas tiene una base real, ya que si tragas pepitas de sandía o alguna otra que sea muy parecida a esta en grandes cantidades, acabarás teniendo una obstrucción en tus intestinos.
El motivo principal para que se produzca una obstrucción en tu cuerpo es que la semilla de la sandía está compuesta por una cáscara dura de celulosa, y lamentablemente el sistema digestivo de nuestro cuerpo no posee las enzimas que se necesitan para poder digerir este material.