Con la llegada de septiembre la mayoría de la población retomamos también nuestras rutinas y habitos que se han perdido durante el verano, un trabajo que no siempre es fácil. Este cambio, si se produce de forma abrupta, puede acarrear problemas en el bienestar emocional tanto de adultos como de niños, generando el conocido ‘síndrome postvacacional’. Cada año más presente en nuestro vocabulario, este pequeño desajuste podría derivar, en los casos más graves, en malestar físico, irritabilidad, estrés, frustración, problemas de sueño, cansancio, falta de apetito o menor productividad.»Es importante estimular la actividad cognitiva de los niños, y darles responsabilidades que vayan preparándolos para la vuelta al colegio, y a la rutina de realizar sus deberes; así como una adaptación progresiva a la hora de irse a la cama», explica Marta López Capapé, jefa de sección de Urgencias y Consultas Externas de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. Para combatir estos síntomas los eperetos de Sanitas nos dan algunos consejos que nos ayudarán a retomar la rutina con mayor facilidad.
No apurar hasta el último día. Aunque todos queremos disfrutar de las vacaciones hasta el último día, es mucho mejor volver a casa con algunos días de adelanto para así poder asimilar el cambio progresivamente.
Recuperar la rutina de sueño. Tanto los adultos como los niños tendremos que adaptarnos de nuevo a nuestros horarios durante la última semana de vacaciones ya que el cuerpo necesita varios días de repetición de un horario para acostumbrarse y conseguir que las horas de sueño sean reparadoras.
Asumir responsabilidades progresivamente. «En el caso de los niños, se les puede ir encargando tareas o acciones que estimulen su actividad cognitiva, y existen infinidad de actividades o juegos en los que pueden divertirse mientras comienza a aclimatarse, como la lectura, juegos de matemáticas, cartas, pasatiempos o pintura» afirma la pediatra López Capapé.
Introducir novedades con respecto al curso anterior. Es recomendable generar una carga de ilusión para el arranque del nuevo curso; al reencuentro personal con compañeros y amigos, se puede añadir el inicio de una nueva actividad, de ocio o pasatiempo, que ayude a estimular el cerebro.