El mercado de fichajes acabó y dejó una buena sorpresa para el Real Madrid: el fichaje de Eduardo Camavinga. Si bien todos esperaban a ver como acababa la novela que se había montado con respecto a la posible llegada de Kylian Mbappé, el conjunto merengue se movió entre las sombras para atrapar casi sin previo aviso a otra de las joyas francesas; aunque esta del mediocampo y con una proyección también muy grande. Ni en Francia ni en España podían creer como pasaron esas frenéticas horas en las que de un lado se saltó a otro y con grandes resultados.
Ciertamente el conjunto blanco hizo una compra demasiado precisa, pues este chico de 18 años representa el futuro del centro del campo. Su aporte será para más de una década y si su proyección sigue los pasos adecuados, sus mejores años los dará a la escuadra merengue. Camavinga también gana bastante, pues su nombre adquiere más aún repercusión al estar en uno de los clubes más grandes del mundo; además de que podrá crecer de la mano de un gran entrenador como Carlo Ancelotti y en un campeonato más exigente. Todos ganan en un fichaje que sorprendió a más de uno.
2En Rennes aceptaron que debían dejarlo marchar
A diferencia del PSG, el Rennes no quiso que su jugador se quedara a disgusto en el club; por ese motivo aceptó negociar con el Real Madrid para que Camavinga cumpliera su sueño de jugar en el conjunto español. Sin embargo, no salieron mal parados, pues la escuadra francesa se llevó 31 millones de euros seguros, más otros 10 millones en variables, por un jugador que acababa contrato en el 2022; así que si no lo dejaban ir ahora se iría gratis en el próximo verano y no le sacarán nada. A la escuadra parisina no le faltara el dinero o será muy orgullosa para sus errores; pero en el Rennes se dieron cuenta de la gran oportunidad y decidieron tomarla.