El mercado de fichajes acabó y dejó una buena sorpresa para el Real Madrid: el fichaje de Eduardo Camavinga. Si bien todos esperaban a ver como acababa la novela que se había montado con respecto a la posible llegada de Kylian Mbappé, el conjunto merengue se movió entre las sombras para atrapar casi sin previo aviso a otra de las joyas francesas; aunque esta del mediocampo y con una proyección también muy grande. Ni en Francia ni en España podían creer como pasaron esas frenéticas horas en las que de un lado se saltó a otro y con grandes resultados.
Ciertamente el conjunto blanco hizo una compra demasiado precisa, pues este chico de 18 años representa el futuro del centro del campo. Su aporte será para más de una década y si su proyección sigue los pasos adecuados, sus mejores años los dará a la escuadra merengue. Camavinga también gana bastante, pues su nombre adquiere más aún repercusión al estar en uno de los clubes más grandes del mundo; además de que podrá crecer de la mano de un gran entrenador como Carlo Ancelotti y en un campeonato más exigente. Todos ganan en un fichaje que sorprendió a más de uno.
1Un fichaje hecho a la velocidad de la luz
Entre las joyas de la Ligue 1 que tenía sondeadas el Real Madrid, por supuesto que la de Camavinga estaba más que en la mira. Por eso cuando todos estaban con los ojos puesto en la historia de Mbappé, la institución blanca se volcó a Rennes para cerrar la contratación del mediocampista de una forma mu veloz. El acuerdo llegó muy pronto y todos salieron conformes, pues el Madrid pactó su salida por 31 millones de euros y 10 millones de euros más si se cumplen algunos objetivos. Lo que otros tardan semanas, el equipo blanco pudo resolverlo en unas horas.